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PARIS (AFP) El presidente de Zambia, Levy Mwanawasa, el principal enemigo africano de su homólogo zimbabuense Robert Mugabe, murió este martes a los 59 años en un hospital de París, donde estaba hospitalizado desde principios de julio tras sufrir un infarto cerebral.
El presidente murió "a las 10H30 (08H30 GMT)" en la capital francesa, anunció el vicepresidente zambiano, Rupiah Banda, a los medios estatales de Zambia, donde se declaró luto nacional durante una semana.
La víspera, el gobierno informó de un grave deterioro de su estado de salud que exigió una intervención quirúrgica urgente.
El jefe de Estado zambiano, de 59 años, sufrió un ataque cerebral --el segundo en dos años-- durante la cumbre de la Unión Africana (UA) en Egipto, y fue trasladado a Francia tras haber recibido tratamiento en El Cairo.
Mwanawasa se convirtió en un líder admirado en Occidente por osar criticar a Mugabe y por mantener un estrecho control de la economía.
Abogado de profesión, Mwanawasa cobró notoriedad como líder de la coalición Movimiento por la Democracia, que acabó con el régimen unipartidista del presidente Kenneth Kaunda en 1991.
Su carrera política parecía acabada cuando lo recuperó el presidente Frederick Chiluba, que lo designó su sucesor.
Una decisión que Chiluba acabaría lamentando, porque pronto se encontró en el banquillo de los acusados por haberse apropiado de millones de dólares de las arcas del país.
A Mwanawasa tampoco le tembló el pulso a la hora de criticar al vecino Mugabe, comparando la economía zimbabuense con el "Titanic" después de que decenas de miles de zimbabuenses cruzasen la frontera a Zambia huyendo del hambre.
Y mientras el resto de los líderes africanos callaba ante la retirada del líder de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, de la segunda vuelta de las presidenciales por culpa del hostigamiento del régimen de Mugabe, Mwanawasa describía ese silencio como "escandaloso".
Ello hizo que Harare lo calificase de "marioneta" de la antigua potencia colonial, Gran Bretaña.
Tsvangirai dijo que era "un día triste" para el pueblo de Zimbabue, mientras el presidente francés, Nicolas Sarkozy, hablaba de una "gran pérdida para la democracia".
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que lo calificó de "campeón de la democracia", y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también expresaron sus condolencias.
La Unión Africana, a través del presidente de la Comisión Africana, Jean Ping, lamentó una "gran pérdida".
Durante sus ocho años en el poder, Zambia recibió ayuda de la comunidad internacional -160 millones de dólares previstos en 2008 como parte de los programas de erradicación de la pobreza-, pero también consiguió atesorar unas reservas sin precedente de 1.100 millones de dólares, mientras mantenía la inflación en torno al 10%.
Pese a ello, el presidente admitía que quedaba por delante una enorme tarea y que la mayoría de zambianos siguen siendo pobres.
En el capítulo de contras, cabe decir que sus muy publicitadas campañas contra la corrupción se tradujeron en pocas condenas, aunque Chiluba esté en la cárcel.
Además, se le acusó de nepotismo y se dijo que quien gobernaba de verdad era su esposa Maureen, que le convenció de optar a un segundo mandato en septiembre de 2006 unos meses después de sufrir su primer infarto.
Mwanawasa tenía un largo historial médico de enfermedades, desde cáncer de próstata e hipertensión, a diabetes, sin olvidar las consecuencias del accidente de tráfico que sufrío en 1993 cuando era vicepresidente.
"Lo único bueno que ocurrió tras aquel accidente es que perdí el apetito por el alcohol", recordaba.
© 2008 AFP
