Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, viajó este domingo a Washington para reunirse con el presidente Donald Trump. Es el primer líder extranjero en hacerlo desde la toma de posesión del mandatario, un gesto que simboliza la estrecha alianza entre ambos países.
El martes, Netanyahu abordará temas como “la victoria contra Hamás, el regreso de todos nuestros rehenes y la lucha contra el eje iraní en todas sus dimensiones”, afirmó antes de subir al avión.
Durante su primer mandato, Trump aseguró que Israel “nunca había tenido un mejor amigo en la Casa Blanca”.
Tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, su predecesor, Joe Biden, ofreció pleno apoyo a Israel, aunque en ocasiones mostró distancia debido al alto número de víctimas civiles en Gaza y la limitada entrada de ayuda humanitaria al territorio palestino.
En pocos días, Trump estableció un nuevo marco de acción. Propuso “limpiar” Gaza y trasladar a los palestinos a lugares “más seguros”, como Egipto o Jordania. También desbloqueó la entrega a Israel de bombas de 2.000 libras (unos 900 kilos), cuya suspensión había ordenado Biden. Además, canceló las sanciones financieras contra los colonos israelíes de Cisjordania, acusados de violencia contra palestinos.
“Tener una relación privilegiada con la Casa Blanca es una herramienta esencial para Netanyahu”, afirmó Céline Touboul, codirectora de la Fundación para la Cooperación Económica (ECF), en Tel Aviv.
Estabilizar la región
Trump busca mantener el alto el fuego tanto en Gaza como en el sur del Líbano, donde Israel enfrenta a Hezbolá.
Según el Soufan Center, un grupo de expertos con sede en Nueva York, los asesores de Trump consideran que “la reanudación de los combates en Oriente Medio le impediría abordar (...) sus prioridades más urgentes”, como la inmigración ilegal desde México o la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Trump quiere redirigir su prioridad hacia Asia-Pacífico”, indicó David Khalfa, investigador de la Fundación Jean Jaurès, en París.
El expresidente cree que primero debe estabilizar la región y crear una coalición antiraní con sus aliados estratégicos, entre ellos Israel y Arabia Saudita. En este contexto, es probable que busque concesiones de Netanyahu para avanzar en la normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita.
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Desde los ataques del 7 de octubre, los sauditas afirmaron que solo aceptarán la normalización si hay una solución duradera y viable para los palestinos.
Esta semana se reanudarán las negociaciones entre Israel y Hamás, a través de mediadores, sobre la segunda fase del alto el fuego. El acuerdo busca la liberación de los últimos rehenes, unos cincuenta, vivos o muertos, y el fin definitivo de la guerra.
Netanyahu discutirá este asunto el lunes con Steve Witkoff, enviado especial de Trump para Oriente Medio, quien se reunirá esta semana con el primer ministro de Catar y altos funcionarios egipcios.
“Si Trump exige concesiones a los palestinos para facilitar la normalización entre Israel y Arabia Saudita, Netanyahu tendrá que elegir entre mantener su relación con el presidente estadounidense o preservar su coalición de gobierno, que depende de partidos de extrema derecha”, advirtió Céline Touboul.