Noriega , de 77 años, fue entregado por autoridades francesas a policías panameños en el aeropuerto de Orly, París, donde tomó un vuelo de Iberia que está previsto llegue a a Panamá a las 5:30 p.m. locales (4:30 p.m. en Costa Rica)
“Ya él pasó sus últimos exámenes y los médicos han dicho que puede viajar y que no se espera que tenga un percance de salud, aunque habrá que estar atento a la presión arterial” su abogado en Panamá, Julio Berríos.
Noriega , gobernante de facto de 1983 a 1989, estuvo 20 años preso en EE. UU. por narcotráfico y casi dos años en Francia por lavado de dinero del cartel de Medellín. En su país le esperan condenas de 60 años por el asesinato de varios opositores.
Bajo un estricto plan que incluye varios anillos de seguridad, Noriega sería llevado en helicóptero del aeropuerto a la prisión El Renacer, en el noroeste de la capital, en una zona de abundante vegetación junto al Canal de Panamá.
“Si bien Panamá se caracteriza por ser un país pacífico, tolerante, las emociones son grandes e intensas, la seguridad del reo es nuestra prioridad. Va a tener el mismo trato que cualquier otro reo, digno, respetuoso pero firme”, dijo el canciller Roberto Henríquez.
Vestidos de blanco, agitando pañuelos y banderas, más de 100 antiguos opositores y familiares de las víctimas reclamaron el viernes justicia en la Calle 50, en el sector bancario de la capital y sede de las protestas en los años 80.
“Ni perdón ni olvido. Lo van a traer pero le tienen una cárcel de lujo y lo que queremos es que pague por sus crímenes”, dijo Justina Rodríguez, de 71 años.
Aurelio Barría, creador en 1987 de la Cruzada Civilista de protestas contra el régimen, pidió a la población manifestarse hoy desde las casas sonando cacerolas, como en los años 80, para expresar repudio.
A otros en cambio les da igual, sobre todo en un país mayoritariamente joven y más preocupados por la vida cotidiana.
El retorno de Noriega , quien fue agente a sueldo de la inteligencia de EE. UU. de 1968 y 1986 y devino luego en enemigo de Washington, ha generado expectativa acerca de los posibles secretos que podría revelar sobre figuras políticas y grandes fortunas que fueron forjadas bajo su régimen.