Las Naciones Unidas (ONU) se han embarcado en la difícil tarea de impulsar un nuevo concepto de masculinidad en el Tercer Mundo, donde el papel del hombre está estrechamente vinculado a la violencia de género.
Mujeres de todo el planeta se encuentran reunidas durante estos días en la sede de la ONU tratando de definir nuevas estrategias que permitan la plena equiparación de la mujer con el hombre en el siglo XXI.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy, lunes, la reunión fue convocada por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, un órgano del Consejo Económico y Social de la ONU.
Hombres en la mira
En la reunión de este año, el enfoque de los trabajos no ha estado centrado tanto en la mujer, como ha sido hasta ahora habitual, sino en el hombre, a quien se intenta involucrar en la lucha por la igualdad de género.
“Es importante ver al hombre no solo como el autor de los actos de violencia, sino también como una parte de la solución al problema”, asegura en un escrito el Fondo de Desarrollo de la ONU para la Mujer (Unifem).
Sin embargo, involucrar a la parte masculina de la pareja es una tarea muy compleja en los países en desarrollo, donde la dominación de la mujer por parte del hombre es parte de la cultura y la estructura social.
Un informe elaborado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, recoge una serie de recomendaciones para lograr cambios en la educación de los jóvenes y también de los niños, tanto en los lugares de trabajo como en el hogar.
Entre otras cosas, se recomienda que los programas de estudio, los libros de texto y otros materiales docentes sean revisados para eliminar estereotipos de género.
Como dice Unifem, la “violencia contra las mujeres pasa de generación en generación, y este ciclo solo puede romperse si las mujeres y los hombres trabajan unidos para cambiar las estructuras y los valores sociales”.
También propone utilizar tecnologías como Internet para estimular la transmisión de mensajes positivos sobre la masculinidad, que incluyan cuestiones relativas a la no violencia y a la participación en las tareas domésticas y el cuidado de niños.
En este sentido, se sugieren iniciativas legislativas o laborales que permitan a los hombres dedicar más tiempo a su familia, mediante permisos de paternidad y estableciendo desincentivos para las empresas que exijan horas de trabajo prolongadas.
Con todo ello, la ONU busca, además de avanzar en la igualdad de género, atenuar la alta incidencia de la violencia contra las mujeres, y que, hoy por hoy, supone el principal impedimento para su equiparación en los países en vías de desarrollo.