Panamá y Montevideo
China se anotó un valioso punto al establecer relaciones diplomáticas con Panamá, al arrebatarle a Taiwán un importante aliado y dejarlo con el reconocimiento de solo 20 naciones en el mundo, entre estas varias de América Central.
La ruptura de Panamá con Taiwán se produjo el lunes por la noche cuando el presidente Juan Carlos Varela reconoció a China "como un solo país" y anunció que sus vínculos diplomáticos serán a partir de ahora con Pekín.
El Gobierno de Panamá "reconoce que existe una sola China en el mundo" y "Taiwán forma parte inalienable del territorio chino", según un comunicado.
"La República Popular China siempre ha jugado un papel relevante en la economía de Panamá", destacó Varela.
De acuerdo con el mandatario, con China se explorarán acuerdos en materias turística, comercial, agrícola, migratoria, cultural y educativa, entre otras.
Mientras, el ministro de Comercio e Industrias, Augusto Arosemena, consideró que el acercamiento con Pekín permitirá a su país convertirse en un puente para que empresas chinas entren a América Latina.
"Panamá va a ser un lugar interesantísimo y muy atractivo" para "establecer una sede regional donde puedan mirar a toda la región", puntualizó.
Con ese paso, Panamá se convirtió en el segundo país de América Central que se distancia de Taiwán para dar reconocimiento diplomático al régimen comunista asentado en Pekín. Costa Rica lo hizo en el 2007. Los otros estados del Istmo mantienen vínculos con Taipéi.
Pese al rompimiento, el vicecanciller Luis Miguel Hincapié indicó este martes que su país pretende mantener oficinas comerciales en Taiwán.
"Taiwán no deja de ser un inversionista en Panamá, lo que nosotros aspiramos es que se pueda tener una relación comercial con Taiwán, como muchos países que tienen relación diplomática con China", dijo a la televisora Telemetro.
La vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo, quien se encuentra en Pekín, fue la encargada de formalizar el inicio de las relaciones, en un acto en el que estuvo presente su homólogo chino, Wang Yi.
Otro capítulo. "Este es un momento histórico, las relaciones de China y Panamá abren un nuevo capítulo", indicó el canciller chino, quien agregó que la decisión panameña "está a tono con los tiempos que corren" y es "totalmente acorde" con los intereses de su pueblo.
Saint Malo subrayó: "Al unirnos a los 174 países que reconocemos la política de una sola China", Panamá ratifica "que la República Popular de China es el único gobierno legítimo".
Panamá mantenía hasta el lunes relaciones diplomáticas con Taiwán y comerciales con China.
La decisión generó una reacción inmediata de rechazo en Taiwán. "Condenamos enérgicamente a Pekín por haber manipulado la denominada política de 'una sola China' para seguir socavando el espacio internacional de Taiwán", expresó la Presidencia en Taipéi.
"Este tipo de acción no solo es una amenaza abierta a la supervivencia y el bienestar del pueblo taiwanés, sino también una provocación abierta a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y la región", agregó el gobierno nacionalista, reconocido ahora por 20 países.
China es el segundo usuario más importante del Canal de Panamá, detrás de Estados Unidos. En el último año fiscal, China transportó por esta vía interoceánica 38 millones de toneladas de carga, un 18,9% del total.
La pasada semana Pekín inició la construcción de un puerto de contenedores, con instalaciones de gas natural, en la provincia de Colón, en el norte del país centroamericano.
La relación entre China y Panamá tiene una historia de más de 160 años, cuando llegó el primer grupo de obreros chinos a trabajar en el ferrocarril que unía las costas del Pacífico y el Caribe.
El 26 de junio del 2016, un barco chino fue el primero en cruzar el Canal de Panamá ampliado. China es además el principal proveedor de mercancías de la zona franca de Colón, una de las más grandes de América Latina.
Multinacionales y empresas chinas relacionadas con la banca, energía, logística, telecomunicaciones y tecnología se han establecido en los últimos años en Panamá.
¿Efecto dominó? El anuncio de Panamá puede alentar a otros países de América Central y del Caribe a decantarse por forjar nexos con China, según expertos.
Sin embargo, el martes el Gobierno de El Salvador afirmó que un viraje como ese no está contemplado. "En este momento no tengo en el radar ningún establecimiento de relaciones diplomáticas con otros países del mundo y, por tanto, no tengo nada nuevo que anunciar", declaró Hugo Martínez, canciller de ese país.
"Pienso que República Dominicana y Nicaragua lo seguirán pronto (a Panamá)", opinó en Twitter el embajador de México en China, Jorge Guajardo.
Incluyendo a las naciones del Caribe, "ahora hay 11 países" en América Latina que apoyan a Taiwán, de un total de 20 gobiernos en el mundo, resaltó Margaret Myers, directora del programa China y América Latina del centro de estudios Diálogo Interamericano, en Washington.
"América Latina sigue siendo un bastión para Taiwán en un número de países", agregó la experta.
"Pero la cifra está menguando, parece que muchos países están llegando a la conclusión de que es más interesante fortalecer los vínculos con Pekín, para atraer inversiones y mejorar las relaciones comerciales".
Para Carlos Malamud, especialista en América Latina del Instituto Real Elcano de Madrid, todo es "parte de un proceso más largo", que ha visto a lo largo de los últimos años cómo Taiwán va perdiendo poco a poco sus apoyos.
China "ha sabido jugar sus cartas con América Latina, señalando que no quería competir con Estados Unidos por el control de la región", indicó.
A América Central llegó más tardíamente que a América del Sur, dirigiendo sus inversiones a tres sectores: energía, telecomunicaciones e infraestructura.
Alentada por su éxito diplomático con Panamá, en lo sucesivo China podría mostrarse más activa políticamente.
El divorcio entre Panamá y Taiwán "representa evidentemente un cambio significativo", observó Matt Ferchen, profesor de Política Internacional en la universidad china de Tsinghua.
Esto "podría incrementar la competencia entre China y Taiwán" por conquistar el corazón diplomático de la región, adelantó.
Igualmente, Margaret Myers cree que ahora "veremos a Taiwán reforzar sus lazos con sus actuales aliados, en un intento por evitar que haya nuevos cambios entre quienes le apoyan".