Pekín. China acusó este jueves al alto comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos de ser “esbirro y cómplice” de Estados Unidos y afirmó que el informe sobre la vulneración de los derechos de los uigures en la región de Xinjiang es una “herramienta política”.
Largamente esperado, el informe de esta agencia de la ONU publicado el miércoles aseguró que eran creíbles las denuncias de torturas, trabajos forzados y agresiones sexuales y advirtió de posibles “crímenes contra la humanidad” en esta región del lejano oeste de China.
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Pekín, que trató de frenar el informe elaborado durante un año, respondió con furia a su publicación y compartió un documento de un centenar de páginas del gobierno provincial de Xinjiang defendiendo su política.
“El supuesto informe crítico que usted mencionó está planeado y fabricado de primera mano por Estados Unidos y algunas fuerzas occidentales, es totalmente ilegal e inválido”, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, en una rueda de prensa rutinaria.
El informe es “una mezcla de desinformación” y “una herramienta política de la estrategia de Occidente de utilizar Xinjiang para controlar a China”, añadió.
El documento relata una serie de violaciones de derechos contra los uigures y otras minorías musulmanas en Xinjiang, poniendo el sello de la ONU a denuncias planteadas desde hace tiempo por grupos de activistas, uigures exiliados y países occidentales.
“El alcance de la detención arbitraria y discriminatoria de uigures y miembros de otros grupos mayoritariamente musulmanes (...) puede ser constitutivo de crímenes internacionales, en particular crímenes contra la humanidad”, afirmaron sus conclusiones.
Estas, sin embargo, evitan el término “genocidio” al que han recurrido Estados Unidos y algunos parlamentos occidentales lo que, según Wang Wenbin, demuestra que sus “mentiras (...) se han desmoronado”.
Último servicio de Bachelet
A pesar de las presiones contrarias, el documento fue publicado a las 11:47 p. m. del miércoles en Ginebra, 13 minutos antes de la conclusión del mandato de la chilena Michelle Bachelet como alta comisionada para los Derechos Humanos.
“Dije que lo publicaría antes del fin de mi mandato y lo hice”, aseguró la expresidenta chilena en un correo electrónico a AFP. “La politización de estos graves asuntos de derechos humanos por algunos estados no ayudó”, añadió.
Hace años que China recibe acusaciones de haber detenido a más de un millón de uigures y otros musulmanes en centros de reclusión. Pekín rechaza las acusaciones y asegura que son centros vocacionales de formación para combatir el separatismo y el extremismo religioso en la región, escenario en el pasado por atentados y choques étnicos.
“Se han cometido serios abusos de derechos humanos en XUAR (Región Autónoma Uigur en Xinjiang) en el contexto de la aplicación de estrategias gubernamentales de contraterrorismo y contraextremismo”, asegura el informe.
Sus autores dan credibilidad a las denuncias de torturas, malos tratos, imposición de tratamientos médicos, agresiones sexuales o esterilizaciones forzadas en estos centros. La agencia de la ONU no detalló cuántas personas fueron recluidas en esta red de centros, pero señaló que el sistema operaba a “gran escala” en toda la región.
‘La ONU se ha callado’
Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y activistas afirmaron que el informe debe servir como plataforma para futuras acciones en la región. La directora de Human Rights Watch para China, Sophie Richardson, consideró que las conclusiones “condenatorias” muestran por qué Pekín “luchó con uñas y dientes” para impedir su publicación.
Alemania, que bajo el gobierno de Olaf Scholz busca una posición más firme frente a China, urgió a Pekín a respetar “el pleno ejercicio de derechos humanos” en Xinjiang y a liberar inmediatamente a los “detenidos arbitrariamente”.
La respuesta de la comunidad uigur fue matizada. Algunos alabaron el trabajo, pero otros consideraron que la condena a Pekín se había quedado corta. “Esto cambia la respuesta internacional a la crisis uigur”, expresó el director ejecutivo del Proyecto de Derechos Humanos Uigur, Omer Kanat.
El presidente del Congreso Mundial Uigur, Dolkun Isa, consideró que prepara el terreno para una “acción significativa y tangible” por parte de países, empresas y la ONU. “La rendición de cuentas empieza ahora”.
Pero Salih Hudayar, un uigur estadounidense que promueve la independencia de Xinjiang, dijo a AFP que el informe “no fue tan fuerte como esperábamos”. “Debido a la presión del gobierno chino, la ONU se ha callado”, opinó.
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