Washington. AFP. “No se confundan, el proceso a la normalización completa de las relaciones será largo y complejo. Será necesario tener paciencia”.
Con esas palabras, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dejó claro este lunes que el restablecimiento pleno de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba abre un camino colmado de desafíos, donde el fin del embargo es uno de los más relevantes.
Así lo reconoció el canciller cubano Bruno Rodríguez, quien luego de participar en la ceremonia en la que se izó la bandera de Cuba frente a la Embajada, dijo que el levantamiento del embargo estadounidense es un punto “esencial” en el proceso de normalización, así como la devolución del territorio “ocupado ilegalmente” de Guantánamo.
A esto, Kerry respondió que el propio presidente Barack Obama ya formuló diversos llamados al Congreso estadounidense para que levante el embargo a Cuba; sin embargo, dejó claro que por el momento, la devolución de la base de Guantánamo “no forma parte de las discusiones”.
El embargo fue decretado por el presidente John F. Kennedy el 3 febrero de 1962 y desde entonces, las autoridades cubanas lo califican como el principal obstáculo para el desarrollo de la isla.
Un levantamiento de la retención permitiría exportar productos cubanos a Estados Unidos , pero las mayores ventas serían inicialmente solo de ron y tabaco, que ahora aportan en conjunto unos $600 millones, menos de 4% de los $17.500 millones del total de exportaciones de Cuba.
Este lunes, durante el acto de reapertura de la Embajada, Rodríguez también mencionó en su discurso que la ceremonia culmina con solo “una primera etapa del diálogo bilateral”.
Estados Unidos y Cuba sepultaron así más de medio siglo de hostilidades al reanudar relaciones diplomáticas plenas.
Tres uniformados de gala marcharon por la puerta de la Embajada e izaron la bandera cubana, usando la misma que fue desmontada cuando los países rompieron relaciones en 1961.
Mientras tanto, en La Habana, la misión diplomática estadounidense no mostró ninguna señal de vivir un día extraordinario.
La bandera de Estados Unidos será instalada allí el 14 de agosto, cuando Kerry viaje a la isla.
Gran expectativa. Bajo un calor sofocante, unos 500 invitados y varios curiosos acompañaron la ceremonia en la legación cubana (una pequeña mansión neoclásica de piedra caliza, a unas cuadras de la Casa Blanca) que desde inicios del siglo XX representa los intereses cubanos.
Afuera de la sede diplomátic, manifestantes gritaban “¡Viva Cuba!”, “¡Fidel, Fidel!” y “¡Cuba sí, embargo no!”, en un frenesí de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de varios países.
En medio de la multitud que se apretujaba en la sede, el cantautor cubano Silvio Rodríguez parecía un anónimo más, ubicado cerca de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
“Nunca pensé vivir este día, y mucho menos vivirlo aquí, en Washington”, dijo Rodríguez.
La subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y la diplomática cubana Josefina Vidal, quienes condujeron las negociaciones durante seis meses , pasaron la ceremonia conversando.
En América Latina, donde la reanudación de lazos entre Cuba y Estados Unidos y el fin del embargo han sido un reclamo, el acercamiento entre ambos fue visto con la esperanza de ser un punto de inflexión en el nexo de Estados Unidos con la región.