Jerusalén. ¿Debe Israel abrir sus puertas a los investigadores de la Corte Penal Internacional (CPI) o negarse a colaborar? El país ultima su estrategia tras iniciarse una investigación por supuestos crímenes de guerra que habría cometido en los territorios talestinos.
La fiscala general de la CPI, Fatou Bensouda, lanzó una bomba jurídica el miércoles al anunciar una investigación por supuestos crímenes de guerra en lCisjordania y la franja de Gaza, una iniciativa rechazada por Israel, pero acogida con entusiasmo por los palestinos.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuyo país no se adhirió a la CPI, al contrario de Palestina -un Estado no reconocido internacionalmente-, criticó la decisión y la calificó de “esencia misma del antisemitismo”.
La CPI, el único tribunal permanente del mundo para los crímenes de guerra, fue creado en el 2002 para juzgar los peores crímenes del planeta cuando los tribunales locales no quieren intervenir. No apunta contra gobiernos o Estados, sino contra personas.
Así, a largo plazo, esta instancia podría acabar juzgando a Netanyahu o al actual ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, jefe del Ejército durante la última guerra de Gaza (2014), que la CPI está investigando.
Netanyahu prometió “luchar por la verdad” y defender a “cada soldado, cada oficial, cada civil”. ¿Pero cómo luchar?
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En Israel, la prensa se preguntó si la CPI podría convertirse en un “caso Goldstone 2”, en alusión a la comisión del juez Richard Goldstone, puesta en marcha por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pero boicoteada por Israel, para juzgar, entre otros temas, la operación “Plomo fundido”, lanzada por el Ejército israelí contra Gaza en el invierno del 2008-2009.
El informe sobre esa operación, que causó la muerte de 1.440 palestinos y de 13 israelíes, concluía que se pudieron cometer "crímenes de guerra" o incluso posibles "crímenes contra la humanidad".
Tras ese caso, la exministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni tuvo que cancelar un viaje a Londres pues era objeto de una orden de arresto.
¿Otro boicot a pesquisa?
Entonces, ¿debe boicotear Israel a la CPI como hizo con la comisión Goldstone?
Para Pnina Sharvit Baruch, exdirectora del servicio de investigaciones internas del Ejército, Israel “no debe colaborar completamente con la investigación” de la CPI, que abarca una serie de eventos desde junio del 2014: desde la última guerra de Gaza hasta las violencias relacionadas con la “marcha del retorno” de los palestinos, pasando por el auge de las colonias israelíes en Cisjordania.
“Lo que probablemente hará Israel será darle a la fiscala los elementos pertinentes” para su defensa, sin entrar en una “cooperación formal” pues “no confía en esta Corte”, dijo Sharvit Baruch.
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"Si usted es inocente y lo juzga un tribunal profesional, se estresa, tiene miedo de que le declaren culpable (...) Pero si considera que la corte no es profesional ni objetiva, simplemente no quiere someterse a ella", agregó.
“He hablado con soldados y están verdaderamente preocupados, tienen miedo de que mañana los detengan”, afirmó.
Daniel Reisner, exresponsable de la división de Asuntos Jurídicos del Ejército, manifestó que siempre le había “aconsejado al gobierno que coopere, siempre y cuando no se trate de un tribunal falso”.
“Viendo cómo actuó la fiscala Bensouda, yo no cooperaría con el tribunal, pero no sé si diría lo mismo con la llegada de su sucesor (...), que parece más serio”, declaró Reisner esta semana al club de la prensa de Jerusalén.
Presión a la Corte
Israel intenta movilizar a los países aliados para hacer que la CPI y su próximo fiscal, el británico Karim Khan, abandonen la investigación.
Según la oficina del primer ministro israelí, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, cuyo país está en el punto de mira de la CPI por su actuación en Afganistán, expresó a Netanyahu el jueves su oposición a la decisión de la fiscala Bensouda.
Además, Israel se considera capaz de examinar de “forma imparcial” los “argumentos de supuestas violaciones del derecho internacional”, afirmó su fiscal jefe, Avichai Mandelblit, quien no precisó si el país debía cooperar.
Por su parte, Benny Gantz advirtió de que el proceso de la CPI podría acarrear consecuencias geopolíticas.
“Solo resolveremos el conflicto entre nosotros (palestinos e israelíes) con negociaciones, un tribunal no ayudará”, afirmó Gantz, cuando el proceso de paz se encuentra estancado.