Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió este jueves a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y elogió su firme respaldo a los esfuerzos occidentales para ayudar a Ucrania contra la invasión rusa, dejando a un lado cualquier reparo sobre su gobierno de extrema derecha.
Biden dijo que Meloni también proporcionó “un apoyo muy firme en la defensa contra las atrocidades rusas”.
La primera ministra italiana, sentada con Biden en el Despacho Oval de la Casa Blanca, dijo estar “orgullosa” de las acciones de Italia para respaldar a Ucrania.
“Sabemos quiénes son nuestros amigos en tiempos difíciles y creo que las naciones occidentales demostraron que pueden confiar las unas en las otras mucho más de lo que algunos creen”, señaló.
“Apoyar a Ucrania significa defender la coexistencia pacífica de personas y Estados en todo el mundo. Contrariamente a lo que algunos dicen, la resistencia ucraniana aleja una guerra mundial, no la acerca, como algunos dicen”, completó Meloni.
La Casa Blanca restó importancia a las controversias sobre la política doméstica de Meloni, centrándose en cambio en el papel que desempeña Italia como miembro clave de la OTAN y del G7, que el país europeo presidirá en 2024.
Biden aseguró que el comercio entre Estados Unidos e Italia alcanzó los $100.000 millones el año pasado y que “no hay razón para que no pueda aumentar”.
“Sea amable”
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo a los periodistas este miércoles que Biden estuvo esperando “bastante” la visita y descartó cualquier controversia sobre las políticas de Meloni.
Funcionarios estadounidenses consideran que la primera ministra italiana moderó desde que llegó al poder y sorprendió a muchos con su decidida postura de apoyo a Ucrania ante Rusia, donde Vladimir Putin era íntimo amigo del fallecido y longevo ex primer ministro Silvio Berlusconi.
Preguntado por la opinión de Biden sobre la extrema derecha en Italia, Kirby dijo: “El pueblo italiano puede decidir quién es su gobierno, es una democracia. El presidente lo respeta”.
La Casa Blanca también restó importancia a las tensiones sobre el espinoso tema de China.
En general, los países europeos y Washington coinciden en que llegó el momento de reducir la riesgosa dependencia a Pekín. Sin embargo, hay menos acuerdo sobre los detalles de hasta dónde llegar y cuánto riesgo económico se puede tolerar.
En particular, se presionó a Meloni para que retire a Italia de la iniciativa china “Belt and Road”, un plan de inversión en infraestructuras de un billón de dólares que Pekín utilizó para asegurarse influencia en todo el mundo, sobre todo en países con dificultades económicas.
Kirby no quiso confirmar si se trataría este tema y se limitó a decir que, “sin duda, hablarán de las preocupaciones, perspectivas y desafíos compartidos con respecto” a China.
El vínculo de Estados Unidos con Italia está garantizado por una importante presencia militar, con unos 30.000 mil estadounidenses (miembros de las fuerzas armadas y sus familias) en cinco bases.
Meloni afirmó que la larga historia de inmigración italiana a Estados Unidos también refuerza sus lazos, lo que hizo de Italia una parte “integral” del entramado estadounidense.
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Refiriéndose al próximo papel de Meloni como anfitriona de la cumbre del G7 del año que viene, Biden bromeó: “Espero que usted sea amable conmigo”.