Naciones Unidas. Los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobaron este lunes el primer tratado para proteger la altamar, un acuerdo esencial para proteger la vida y la salud de los océanos, vitales para la humanidad.
“El acuerdo fue adoptado”, declaró en medio de una salva de aplausos la presidenta de la conferencia, Rena Lee.
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“El océano es la fuerza vital de nuestro planeta. Hoy, le han insuflado una nueva vida y una nueva esperanza para que tenga una posibilidad de luchar”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que saludó un “logro histórico”, aunque recordó que el trabajo “todavía no ha concluido”.
“Les insto a que no escatimen esfuerzos para que el acuerdo entre en vigor”, agregó.
Pese a la adopción, Rusia tomó sus “distancias” del consenso al calificar algunas partes del texto de “totalmente inaceptables”.
Para el canciller de Chile, Alberto van Klaveren, el texto adoptado es “esencial para la gobernanza océanica, basada en la justicia y la inclusión”, mientras que para Venezuela se trata de una “victoria para los países y los pueblos del sur”.
Para México, en tanto, significa un “compromiso por el estado de derecho internacional”.
El diplomático cubano Yuri Gala López, que habló en nombre del Grupo de los 77 más China, resaltó la “batalla” que libraron los países del sur para incluir algunos aspectos claves del acuerdo, finalizado en marzo tras más de 15 años de negociaciones.
El acuerdo crea un marco legal para extender las franjas de protecciones ambientales hacia aguas internacionales, que abarcan más del 60% de los océanos del mundo.
“Hoja de ruta”
Para Liz Karan, de la ONG Pew Charitable Trusts, la adopción del tratado “fija una hoja de ruta para los pasos siguientes”.
Los océanos producen mucho del oxígeno que respiramos, limitan el cambio climático absorbiendo CO2 y albergan ricas zonas de biodiversidad, incluso a niveles microscópicos.
“Océanos sanos, desde aguas costeras hasta áreas de fondos marinos profundos y la altamar remota son parte integral de la salud, el bienestar y la sobrevivencia humana”, abogó recientemente un grupo de científicos en la publicación The Lancet.
Pero con buena parte de los océanos del mundo fuera de las zonas económicas exclusivas (ZEE) de los países, y por tanto de la jurisdicción de cada estado, crear una protección para la altamar requería de la cooperación internacional.
Reservas marinas
Aunque la altamar representa cerca de la mitad del planeta, fue ignorada por mucho tiempo en las luchas medioambientales, que pusieron los reflectores en las áreas costeras y en algunas especies emblemáticas.
Una herramienta clave del tratado será la capacidad de crear áreas marinas protegidas en aguas internacionales.
Actualmente solo alrededor del 1% de la altamar está protegida por alguna clase de medida de conservación.
El tratado es considerado esencial para que los países protejan el 30% de la tierra y de los océanos del mundo para 2030, como acordaron los gobiernos del planeta en un acuerdo firmado en Montreal en diciembre.
Oficialmente conocido como el tratado de “Biodiversidad más allá de la Jurisdicción Nacional”, también introduce requisitos para llevar a cabo estudios de impacto medioambiental para actividades que se planeen en aguas internacionales.
Si bien, dichas actividades no están especificadas en el texto, incluirían desde pesca y transporte marítimos hasta objetivos más polémicos como la minería en áreas profundas o incluso programas de geoingeniería que buscan combatir el calentamiento global.
El tratado establece también los principios para compartir los beneficios de los recursos marinos genéticos procedentes de la altamar, obtenidos en expediciones e investigaciones en aguas internacionales, un punto que casi hace fracasar las negociaciones de último minuto en marzo.
Los países en desarrollo, que a menudo no tienen medios para financiar investigaciones costosas, lucharon para no verse privados de su parte de estos beneficios que muchos ven como un gran mercado a futuro, en especial en la búsqueda de “moléculas milagrosas” por parte de compañías farmacéuticas y cosméticas.
Tras su adopción formal, ahora la pelota queda en el tejado de los países que podrán firmarlo y ratificarlo a partir del 20 de setiembre. Serán necesarias 60 ratificaciones para su entrada en vigor.
Las oenegés se muestran confiadas, ya que la coalición de países por este tratado suma medio centenar de países, entre ellos la Unión Europea, Chile, México, India y Japón.