Moscú
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso ordenó el viernes una reducción en el número de diplomáticos de Estados Unidos en Rusia y anunció el cierre de una zona de recreo para los diplomáticos estadounidenses, en respuesta a las últimas sanciones de Washington a Moscú.
El objetivo de las sanciones es castigar a Moscú por interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses del 2016 y por su actuación militar en Ucrania y Siria, donde el Kremlin ha apoyado al presidente Bashar al-Asad.
El jueves, el Senado estadounidense dio luz verde a un nuevo paquete de duras sanciones económicas contra Rusia, Irán y Corea del Norte, que deberán ser firmadas por el presidente Donald Trump para su promulgación.
La iniciativa de ley impide que Trump trate de aliviar o hacer caso omiso de los castigos contra Moscú a menos que obtenga la autorización del Congreso.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso dijo que en respuesta a las sanciones norteamericanas le ordenó a la Embajada de Estados Unidos en Moscú que reduzca el número de diplomáticos antes del 1. de setiembre. Las autoridades clausurarán además una zona de recreo de la legación diplomática en las afueras de Moscú y varios almacenes.
El ministerio precisó que el número deberá ser reducido a 455 diplomáticos. La vocera de la misión de Estados Unidos, Maria Olson, no pudo decir por el momento cuántas personas tendrán que partir para cumplir con las nuevas exigencias de Rusia.
Olson indicó que el embajador John Tefft "expresó su fuerte decepción y protesta" por la medida, y que entregó la notificación del Gobierno ruso a Washington para su revisión.
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos cayeron a un nivel mínimo posterior a la Guerra Fría después de que Rusia se anexó Crimea en el 2014 y por el apoyo de Moscú a los separatistas en el este de Ucrania, donde la lucha desde el 2014 ha dejado 10.000 muertos.
Adicionalmente, los reportes de intromisión rusa en las elecciones presidenciales del 2016 en Estados Unidos han puesto a prueba los intentos del Kremlin por mejorar los vínculos con Estados Unidos bajo la presidencia de Trump.
El nuevo paquete de sanciones pretende castigar al gobierno del presidente Vladimir Putin y su círculo íntimo, enfocándose en funcionarios presuntamente corruptos, supuestos violadores de los derechos humanos y sectores cruciales de la economía rusa, como las ventas de armas y las exportaciones de energéticos.