Washington. La economía de Venezuela registrará un desplome de 15% este año y una inflación de hasta 13.000%, alertó este jueves el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) para América Latina, Alejandro Werner.
De confirmarse esta previsión, la economía del país petrolero suramericano experimentaría una contracción de casi 50% en los últimos seis años.
De acuerdo con el FMI, el producto interno bruto (PIB) de Venezuela ya cerró con una caída de 16,5% en el 2016 y el año pasado terminó cediendo un 14%, según datos preliminares.
En una conferencia de prensa brindada este jueves, Werner presentó un informe donde señaló que este escenario en Venezuela es resultado de “significativas distorsiones microeconómicas y desequilibrios macroeconómicos exacerbados por el colapso de la exportación petrolera”.
Las estimativas señalan que la inflación del 2017 se situó por encima de 2.400% “y que ronde 13.000% en el 2018, alimentada por el financiamiento monetario de profundos déficit fiscales y la pérdida de confianza en la moneda nacional”.
Panorama para la región
En la actualización de las expectativas económicas de la región para este año, el FMI mantuvo sin cambios su previsión de un crecimiento de 1,9% este año para América Latina y el Caribe, que había divulgado en octubre.
Sin embargo, el FMI añadió que, si se excluye a Venezuela de las estimativas, la región experimentaría un crecimiento de 2,5% este año.
“Venezuela representa un porcentaje no despreciable de la economía de la región. Y si a Venezuela le va muy mal, en el promedio de la región eso influye”, comentó Werner.
A pesar de ese cuadro, el funcionario manifestó que el FMI mantiene su convicción de que el impacto económico directo de la crisis venezolana en los países vecinos seguirá siendo “limitado”.
Los títulos de deuda emitidos por Venezuela se encuentran técnicamente en situación de suspensión de pagos desde diciembre. Estas obligaciones son consideradas desde ahora como flat trading; es decir, que ya no interesan.
A inicios de enero, el país disponía de unos 9.700 millones de dólares de reservas y debía reembolsar al menos 1.470 millones antes de fines de 2017, y luego 8.000 millones en el 2018.
Para Werner, se ha verificado una “mejora del entorno mundial”, con una elevación en los precios de los principales productos primarios.“La recuperación económica de América Latina también está cobrando ímpetu, a medida que las recesiones de algunos países (Brasil, Argentina y Ecuador) llegan a su fin”, expresó.
En la visión de Werner, esa recuperación regional está apoyada fundamentalmente en una mejora en los precios internacionales de commodities (productos básicos), aunque mencionó el “impacto positivo” que este año podría tener la reforma tributaria adoptada en Estados Unidos.
Esa reforma podría hacer que “se concentren en los próximos cinco años inversiones que estaban previstas para un plazo más extenso”, y ese cuadro propiciaría un “contagio” a las economías de la región, especialmente las que están ligadas a la cadena de valor, añadió.
Como había adelantado el martes, el FMI elevó en 0,4 punto porcentual sus expectativas de crecimiento para las dos mayores economías de la región, Brasil (1,9%) y México (2,3%).
Werner también anunció una sensible mejora de la previsión para Ecuador este año: en octubre, la entidad había manifestado una expectativa de crecimiento de 0,6%, aunque ahora la elevó a 2,2%.
Ese país “experimentó una recuperación más rápida de lo previsto en el 2017”, cuando exhibió un aumento de 2,7% tras un retroceso de 1,6% en el 2016.
“En el 2018, se prevé que la expansión generalizada de la demanda interna impulse el crecimiento”, apuntó.
El FMI también revisó al alza sus previsiones de crecimiento para Chile, a 3,0% (0,5 punto).
En los casos de Colombia y Perú, el Fondo también añadió 0,2 punto en sus expectativas de crecimiento para este año.
Entre las mayores economías de la región, el FMI mantuvo sin cambios la expectativa de 2,5% para Argentina, tras un crecimiento de 2,8% en el 2017.Esto se debe, señaló Werner, a “la contención fiscal y monetaria. La inflación seguiría retrocediendo, suponiendo que haya una moderación salarial”.