Mons, Bélgica. AFP. El comandante en jefe de la OTAN, el general James Jones, reconoció ayer que las fuerzas de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, que depende de la OTAN) en Afganistán han sido sorprendidas por la resistencia de los talibanes en el sur del país.
Explicó que dada la situación necesitarán refuerzos en esa región. “Hablamos de refuerzos modestos, del orden de un batallón, es decir, algunos cientos de hombres”, declaró Jones a la prensa.
El general estadounidense, que estuvo esta semana en Afganistán con el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, dejó entender que esas fuerzas saldrían de los 18.000 hombres de 37 países ya desplegados en otras regiones.
Sin mencionar países en particular, el general Jones insistió en la necesidad de flexibilizar las condiciones a las que se sometieron los contingentes de cada país antes de participar en combates.
Es el caso, por ejemplo, de 5.000 soldados alemanes estacionados en el norte de Afganistán, una zona de relativa calma, y que solo pueden entrar en acción frente a los talibanes mediante un acuerdo de la Bundestag (parlamento alemán).
“Solo se trata de tener reservas que den más margen de maniobra al comandante de las fuerzas en Afganistán”, subrayó.
Actualmente unos 2.000 militares de la ISAF y de las fuerzas de seguridad afganas llevan a cabo en el sur de Afganistán la operación Medusa, que tiene como objetivo controlar ese bastión talibán.
“Es necesario admitir que estamos sorprendidos por la intensidad de los combates”, dijo Jones.