La Paz. Reuters y AFP. Los 16 partidos políticos representados en la Asamblea Constituyente de Bolivia sellaron ayer un acuerdo que permitirá retomar las discusiones y avanzar en el compromiso de aprobar una nueva carta fundamental antes de diciembre.
El proceso que busca una concertación sobre todos los temas de la nueva Constitución, permitirá reabrir las deliberaciones de la Asamblea en la primera semana de octubre, dijo ayer a la prensa el vicepresidente, Alvaro García, al anunciar el resultado de dos días de diálogo político.
“Ha sido un diálogo fructífero, democrático, horizontal y plural para viabilizar la Asamblea Constituyente, garantizar que termine su trabajo en el tiempo previsto y los consensos políticos necesarios que nos permitan tener una nueva Constitución”, afirmó.
Según el acuerdo, un comité especial trabajará desde el lunes en los temas de la nueva Constitución. Los partidos citaron a una nueva reunión para el 1.° de octubre cuando se examinará el avance del proceso y se ayudará a la creación de consensos.
García no precisó cuál será el mecanismo de coordinación entre un comité político multipartidario – creado por el acuerdo– y el diálogo promovido por el Gobierno entre las ciudades de Sucre y La Paz para resolver una disputa sobre la capital nacional que mantiene paralizada a la Asamblea hace más de un mes.
La Asamblea Constituyente tiene hasta el 14 de diciembre para entregar un proyecto final de Constitución que será sometido a un referendo posterior.
Contra el tiempo. No obstante, su trabajo está retrasado y se teme que termine en un fracaso.
Desde que se instaló el foro, en agosto del 2006, la Constituyente se enfrascó en discusiones sobre la modalidad de voto para aprobar la ley fundamental y en el tipo y modelo de país que Bolivia debería organizar, tras el arribo de Evo Morales a la presidencia del país.
Además, en los últimos meses surgieron divergencias partidarias y regionales sobre autonomías territoriales e indígenas, el modelo económico, la reelección presidencial, la distribución de tierras, un Congreso de una o dos cámaras, la propiedad privada y un cuarto poder con los movimientos sociales.
La profunda crisis regional por autonomías y capitalidad se tradujo en la articulación de dos bloques en la Constituyente: el oficialista Movimiento al Socialismo, que posee la mayoría, y Podemos que, pese a ser minoría, es imprescindible para reunir los dos tercios de los votos (170 de 255 escaños) necesarios para aprobar la nueva Carta.
Al igual que en el escenario político, la Constituyente tiene dos bloques regionales antagónicos: uno lo encabeza el departamento de Santa Cruz, secundado por Tarija, Beni y Pando, además de Cochabamba y Chuquisaca, y el otro que forman las occidentales La Paz, Oruro y Potosí, bastiones electorales de Morales.