Bakú. Las delegaciones de pequeños Estados insulares y países en desarrollo abandonaron este sábado una reunión con la presidencia azerbaiyana de la COP29 en Bakú. El tiempo apremia para fijar la financiación que deben aportar los países ricos frente al calentamiento global.
“Nos fuimos (...). Consideramos que no se nos ha escuchado”, declaró Cedric Schuster, enviado de Samoa en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS).
La alianza aseguró en un comunicado que “sigue comprometida” con el proceso de negociación, aunque denunció que sus “peticiones clave fueron ignoradas”. Este evento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el clima entró oficialmente en prórroga el viernes.
El principal obstáculo radica en el nivel de compromiso que asumirán los países ricos, históricamente responsables del cambio climático por su mayor contaminación.
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Por ahora, las partes continúan negociando. “Hay mucho trabajo por hacer, pero no podemos irnos de Bakú sin una decisión”, afirmó Juan Carlos Monterrey, negociador jefe de Panamá.
“Panamá y otras naciones progresistas latinoamericanas estamos construyendo puentes y pidiendo que se crucen para alcanzar un acuerdo”, agregó.
La conferencia debía concluir el viernes por la tarde. Sin embargo, la falta de consenso extendió las negociaciones en el estadio de Bakú, donde los empleados ya retiraban muebles y decoración.
La presidencia azerbaiyana elabora una nueva propuesta de acuerdo que será sometida a la aprobación de cerca de 200 países.
Las partes buscan definir cómo financiar la ayuda climática destinada a los países en desarrollo. Esta inversión apoyaría la construcción de centrales solares, sistemas de irrigación y la protección de ciudades contra inundaciones.
Falta de acuerdos financieros
Los países más pobres exigen que el 30% de las finanzas climáticas les sea destinado. Este punto también genera discordia. “Hay mucha resistencia por parte de otros países en desarrollo”, señaló Kevin Conrad, de la Coalición de Naciones con Bosques Tropicales.
La Unión Europea propuso aumentar la contribución de los países ricos a $300.000 millones anuales. La presidencia azerbaiyana había sugerido $250.000 millones, cifra que el Sur global calificó de “inaceptable”.
El viernes, Marina Silva, ministra brasileña de Ambiente, exigió la misma cantidad. Las naciones en desarrollo estiman que, con la inflación, el esfuerzo financiero real de los países donantes sería mucho menor. Este cálculo incluye los compromisos de bancos multilaterales de desarrollo.
“Hay un gran problema con los $300.000 millones. Esa suma no cubre todas las necesidades”, comentó Monterrey. Los países en desarrollo propusieron $500.000 millones para 2030.
Susana Muhamad, ministra colombiana de Ambiente, pidió a los países ricos “redoblar su propuesta”.
El proyecto establece un objetivo más ambicioso: $1,3 billones anuales para 2035. Este fondo incluiría aportes de países ricos, fuentes privadas y nuevas tasas.
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Más de 350 ONG instaron a retirarse
En paralelo, los países ricos negocian medidas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, enfrentan la oposición de productores de petróleo como Arabia Saudita. El grupo de Estados árabes advirtió que rechazará cualquier texto que afecte a las energías fósiles.
“Estamos en medio de un juego de poder geopolítico liderado por unos pocos Estados productores de combustibles fósiles”, denunció Annalena Baerbock, ministra alemana de Exteriores.
Por la mañana, más de 350 organizaciones no gubernamentales instaron a los países en desarrollo y a China a abandonar la conferencia.
Si no se propone nada suficientemente contundente en esta COP, les invitamos a dejar la mesa (de negociaciones) para pelear otro día y nosotros nos implicaremos en el mismo combate”, escriben las organizaciones en una carta dirigida a la alianza G77+China, que agrupa 134 países en desarrollo y al gigante asiático.
“Les respaldamos de todo corazón en el rechazo al texto de negociación actual. Este texto es absolutamente inaceptable y permite a los países desarrollados eludir completamente sus obligaciones en materia de financiación de la lucha contra el cambio climático para los países en desarrollo”, estiman las ONG.
“Insistimos: más vale no tener un acuerdo en Bakú que un mal acuerdo y es un muy, muy mal acuerdo debido a la intransigencia de los países desarrollados”, insisten.
Representantes de Red Acción Clima, Man on War y Campaña Global para Exigir Justicia Climática (DCJ, por sus siglas en inglés) enviaron también una carta firmada por 156 organizaciones a Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Canadá, Japón y otros países desarrollados.
“Estamos profundamente indignados por el papel destructor que han desempeñado en la creación de un proyecto de texto de negociación (...) absolutamente inaceptable en esta última jornada de la COP29″, indica la misiva.
Las ONG piden a estos países “en vez de rehuir sus responsabilidades legales (...), tomar la iniciativa de abandonar las energías fósiles y suministrar fondos y tecnologías a los países en desarrollo”.
“Si esta COP termina con un resultado débil o inexistente, serán ustedes los culpables”, advierten.