APARECIDA, Brasil (AFP) - El papa Benedicto XVI cerró este domingo su visita a Brasil dando una voz de alerta por el surgimiento de lo que calificó como formas "autoritarias" de gobierno en América Latina y advirtiendo a los obispos de la región que la Iglesia católica "no es una ideología".
En el subcontinente "se ha evolucionado hacia la democracia aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ideologías que se creían superadas", dijo al inaugurar la V Asamblea de la Conferencia Episcopal de América Latina y el Caribe (Celam).
El Papa lamentó también la extendida pobreza de América Latina y reclamó a los gobiernos que aplican una "economía liberal" que se preocupen por la "equidad".
En su mensaje en español a los prelados reunidos en la Basílica de Aparecida, en el estado de Sao Paulo, Benedicto no mencionó individualmente a los gobiernos que a su juicio tienden al autoritarismo.
Una nueva generación de dirigentes de izquierda llegó al poder en América Latina, entre ellos Evo Morales, primer presidente de orígen indígena de Bolivia, y Rafael Correa en Ecuador. Ambos son aliados del presidente venezolano Hugo Chávez, quien promueve el socialismo en su país.
"En estos señalamientos sobre la política, como en otros temas, el Papa está más allá de los detalles concretos, no se refirió a nombres propios" comentó tras el discurso el obispo venezolano Baltazar Porras.
El Papa condenó los "errores destructivos" del marxismo y el capitalismo y dijo que tanto uno como otro "excluyeron de su horizonte a Dios" y por ello no consiguieron alcanzar "estructuras justas" para los pueblos.
El único régimen marxista del hemisferio es el de Cuba, país que su predecesor Juan Pablo II había visitado en 1998.
La apertura de la asamblea episcopal marcó el cierre del primer viaje pastoral de Benedicto XVI a América Latina. El Papa emprendió en la noche del domingo el regreso a Roma, tras una estadía de cinco días en Brasil, el país con más católicos del mundo.
Por la mañana, en su homilía ante 150.000 fieles frente a la Basílica de Aparecida, dijo que la Iglesia debe estar junto a "los más pobres y los que más sufren" pero separada de la política.
El catolicismo "no es una ideología política ni un movimiento social, como tampoco un sistema económico", dijo el papa los obispos de toda América Latina, el continente donde echó raíces la llamada Teología de la Liberación.
Esa corriente, en boga en los años 70, promovía el compromiso político y social de los católicos, pero era cuestionada por el Vaticano que la consideraba teñida de marxismo.
En su mensaje, Benedicto insistió en que la asamblea episcopal ponga atención en la pobreza. "Pienso especialmente en aquellos hermanos y hermanas que padecen hambre", afirmó.
La asamblea del Celam, la primera en 15 años, definirá el rumbo de la Iglesia en la región donde vive casi la mitad de los 1.100 millones de católicos del mundo, pero que enfrenta la emigración de fieles hacia confesiones pentecostales y que acaba de sufrir una derrota con la legalización del aborto en Ciudad de México.
Benedicto, que en Brasil expresó su preocupación por la deserción de feligreses y el avance de legislaciones contrarias a la Iglesia, hizo votos para que la reunión del Celam "produzca abundantes frutos de auténtica renovación espiritual y de incansable evangelización".
Calificó a América Latina de "continente de la esperanza" y negó que la religión católica haya sido impuesta por los conquistadores a los pueblos nativos de América.
"El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña", aseguró.
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