El papa Juan Pablo II recordó ayer a Europa sobre sus raíces cristianas, calificando al continente como un laboratorio donde los valores del Este y el Oeste conviven y respiran juntos “como dos pulmones”.
Por más de un año, Juan Pablo II se ha dedicado a exaltar la herencia cristiana de Europa, en un esfuerzo por persuadir a quienes elaboran la constitución de la Unión Europea a que hagan mención sobre el cristianismo en el documento.
Santos ejemplares
Las negociaciones de la constitución se estancaron en diciembre, pero el Papa usó la ocasión de la fiesta de dos santos del siglo IX, Cirilo y Metodio, a fin de enfatizar su posición ayer domingo. A los santos se les acredita haber infundido a la cultura europea con las influencias cristianas y bizantinas.
“Con la evangelización de la región centro-oriental del continente, los dos santos contribuyeron decisivamente a fin de que Europa Cristiana pudiese respirar con dos pulmones: el del oeste y del este”, dijo Juan Pablo II a los peregrinos y turistas que se congregaron en la Plaza de San Pedro, durante su habitual presentación dominical.
“El encuentro entre el Evangelio y la cultura contribuyó a que Europa se convertiera en un laboratorio donde, durante el transcurso de los siglos, se consolidaron valores importantes y duraderos”, agregó.
El Pontífice manifestó también que varios países de la Europa oriental donde evangelizaron Cirilo y Metodio están a punto de entrar en la Unión Europea y que se trata de naciones portadoras de una riqueza cultural y espiritual.
Juan Pablo II subrayó que en esas naciones el cristianismo ha ejercitado una extraordinaria fuerza de cohesión, respetando sus peculiaridades y sus características.
Los dos santos son copatrones de Europa junto con San Benito. Se trata de dos hermanos nacidos en Salónica, quienes evangelizaron la región centro oriental de Europa y contribuyeron al encuentro de las culturas oriental y occidental en el Viejo Continente.
El discurso del Papa de ayer domingo enlaza con el que pronunció el sábado ante varios miles de eslovacos a los que recibió en el Vaticano con motivo de la festividad de Cirilo y Metodio, patrones de ese pequeño país centroeuropeo.
El Obispo de Roma pidió a los presentes que recen para que también en nuestros días “el mensaje universal de Cristo confiado a la “Iglesia sea luz de verdad y manantial de justicia y paz para los pueblos del continente y los del mundo entero”.
El papa Juan Pablo II dijo que es indispensable que los ideales cristianos continúen orientando un viejo continente “libre y solidario, capaz de armonizar sus diferentes tradiciones culturales y religiosas”.
Aporte cultural
“Eslovaquia y la Europa del tercer milenio se están enriqueciendo con múltiples aportaciones culturales, pero sería nocivo olvidar la determinante contribución del cristianismo a la formación del continente”, afirmó el Papa.
El Obispo de Roma dijo que Eslovaquia debe ofrecer a la construcción europea los valores humanos y espirituales que han dado sentido a su historia.
Juan Pablo II se bate desde hace meses para que en la futura constitución de la Europa unida se reflejen las raíces cristianas del continente, un tema que ha desatado ásperos debates en el continente.
El Papa considera que una visión de Europa separada de Dios solo puede llevar a fragmentaciones sociales, confusión moral y separación política.