Afines al expresidente boliviano Evo Morales anunciaron este viernes que impulsarán su candidatura presidencial para las elecciones de 2025, a pesar de que la justicia lo inhabilitó y lo excluyó de la dirección partidaria oficialista.
Centenares de dirigentes políticos y de organizaciones campesinas leales a Morales, convocados por él mismo, discutieron por horas la situación de su líder en Lauca Eñe, un poblado cocalero de Cochabamba, en el centro de Bolivia.
“Evo Morales Ayma está habilitado legalmente como candidato a las elecciones generales 2025 por el MAS (Movimiento Al Socialismo)”, afirma la resolución final del evento político, aprobada por aclamación de los asistentes, tras extensas explicaciones de juristas.
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También determinaron que “Evo Morales Ayma continúa siendo legal, legítima y constitucionalmente el presidente del MAS”.
Morales, de 65 años, quien gobernó por tres gestiones entre 2006 y 2019, sufrió dos reveses en el Tribunal Constitucional (TC) en las últimas semanas.
El alto tribunal primero resolvió que el ejercicio de los mandatos presidenciales sea por dos periodos, de manera “continua o discontinua”. Luego determinó excluirlo de la dirección partidaria, otorgándosela a un afín del presidente Luis Arce.
El líder cocalero dirigió el MAS desde mediados de los años 90. Morales está enfrentado con Arce por el control de la izquierda oficialista. Acusa al presidente de intentar “proscribirlo” de la carrera electoral mediante el sistema de justicia.
El manejo partidario es clave para definir candidaturas para 2025 y elegir postulantes a diputados y senadores. Actualmente, el partido está dividido entre “evistas” y “arcistas”.
Arce fue ministro de Economía de Morales durante casi todo su gobierno. Sin embargo, ambos vivieron un proceso de distanciamiento que culminó en ruptura.
Morales insistió en que quiere volver al máximo cargo del país. Arce no manifestó si buscará la reelección, aunque sus seguidores impulsan esta posibilidad.
Los asistentes también decidieron organizar una marcha hacia La Paz, en protesta por la crisis económica y para exigir la liberación de más de un centenar de detenidos durante los bloqueos de carreteras que paralizaron Bolivia entre octubre y noviembre.
Todavía no se definió una fecha para la manifestación.