Bogotá. AFP. La euforia por recientes anuncios del gobierno colombiano y las FARC sobre un canje de secuestrados por rebeldes presos cedió tras un comunicado oficial.
El texto, publicado por el gobierno de Álvaro Uribe, contiene exigencias que se creían superadas en torno al retiro de tropas de la zona donde se negociaría el canje.
Uribe dice en el comunicado que si bien está dispuesto a crear una “zona de encuentro” para discutir el intercambio, solo retirará las tropas cuando acuerde con las FARC las condiciones del área, que deberían incluir cese de hostilidades.
El anuncio generó desconcierto y decepción entre los familiares de los secuestrados y división entre analistas sobre los alcances del contenido de los respectivos pronunciamientos del gobierno y de los rebeldes.
El exministro Álvaro Leyva, mediador entre gobierno y FARC, dijo que Uribe dio marcha atrás al imponer nuevas condiciones, pues según él hasta el lunes era un hecho que el mandatario ordenaría el despeje de los municipios de Florida y Pradera exigido por los rebeldes.
“En el nuevo comunicado se habla de la búsqueda de una eventual zona de encuentro para ambos asuntos. Esto es una cosa completamente diferente”, se lamentó Leyva, y dijo que las nuevas condiciones suponen un obstáculo.
El analista Alfredo Rangel aseguró que los comunicados del gobierno y las FARC si bien significan “avances en la postura de ambas partes en lo que tiene que ver con definiciones de una agenda para negociar la paz, evidencian un estancamiento en lo relativo al acuerdo humanitario”.
Fernando Giraldo, decano de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana, considera que el canje está empantanado.
“Hay un pequeño giro en las posturas de cada bando, pero el proceso se puede malograr porque las partes quieren vincular el tema del acuerdo a una eventual negociación”, agregó el politólogo.
Las FARC, que hasta la reelección de Uribe se negaban a dialogar con el mandatario, sorprendieron el lunes anunciando su disposición a buscar una negociación para superar el conflicto.