Lima. AFP. Perú aprobó el voto electrónico en un intento de modernizar su sistema electoral y en medio de críticas al escrutinio de las elecciones municipales del 3 de octubre que aún no ha podido revelar quién ganó la alcaldía de Lima, principal ciudad del país.
La votación electrónica se aplicará gradual y progresivamente siendo el punto de partida las elecciones conjuntas presidenciales y legislativas del 10 de abril del 2011, según la ley aprobada el jueves por el Congreso.
Con esa decisión, Perú, que cuenta con 19,5 millones de electores, aspira a sumarse a otros países de América Latina que apostaron por esa alternativa de votación, como Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina y Paraguay.
La candidata de izquierda a la alcaldía de Lima, Susana Villarán, quien lidera el escrutinio en la capital peruana al 75,3% sobre la conservadora Lourdes Flores, celebró la decisión que permitirá –dijo– “dejar atrás un sistema de votación del siglo pasado”.
“Cuando hay demora en el escrutinio la gente sospecha de que algo se negocia bajo la mesa. Cuando hay demora en conocer los resultados hay desconfianza”, acotó la candidata que aventaja por 37.030 votos a Flores.
Hasta el momento la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) no puede dar los resultados finales para la alcaldía limeña debido a que se presentaron más de 8.000 actas observadas, conteniendo 1,5 millón de votos, que tienen que aclararse al presentarse objeciones técnicas en el conteo manual de votos.
La ONPE recalcó que el voto electrónico acelerará el conteo y los resultados evitando trabas como las presentadas en las elecciones para elegir al alcalde de Lima.
Precisamente, la demora en el escrutinio municipal fue lo que aceleró en el Congreso la aprobación del voto electrónico el jueves con respaldo de todos los partidos políticos a excepción del oficialista partido Aprista, que se abstuvo.
La votación electrónica acarreará la eliminación de los personeros de los partidos políticos en las mesas de votación, una figura legal que les permitía objetar los resultados de los votos en las actas de sufragio y que está en la raíz de la lentitud con que se van conociendo los resultados municipales.