Río de Janeiro. AFP La policía ocupó esta mañana un complejo de nueve favelas (barrios pobres) de Río de Janeiro dominadas por el narcotráfico sin que se escuchara un sólo disparo, en el primer gran operativo tras la ocupación del gigantesco Complexo do Alemao en noviembre.
“La situación está tranquila y ya terminamos la primera etapa de la operación que es el control del territorio”, declaró el portavoz de la Policía Militar, coronel Lima Castro, a la radio CBN.
Unos 850 hombres, integrantes de las policías civil, militar y federal además de fusileros navales, ocuparon el Complexo do Sao Carlos, en el centro de la ciudad, apoyados por 17 blindados y cuatro anfibios de la Marina brasileña.
“Gracias a Dios la ocupación fue tranquila y la comunidad está segura”, afirmó a la edición web del diario O Globo Elisa Brandao, presidenta de la asociación de vecinos de Morro dos Prazeres, una de las regiones ocupadas.
Mariano Beltrame, secretario de seguridad del Estado de Río de Janeiro, destacó en conferencia de prensa la ocupación pacífica del territorio, que ocurrió en menos de dos horas.
“La prioridad es conquistar el territorio sin aumentar estadísticas de bala perdida, ni homicidio, ni heridos de cualquier persona civil”, destacó al subrayar que los policías no encontraron resistencia de narcotraficantes y que no precisaron realizar disparos.
Según Brandao, los traficantes habrían abandonado el barrio en los últimos días para evitar un enfrentamiento con la policía.
La policía ya comenzó con el trabajo de “barrido” de casas y calles en busca de armas y drogas, proceso que debería durar un mes, según las estimaciones oficiales.
El complejo está integrado por nueve favelas donde viven unas 26.000 personas, aunque teniendo en cuenta los barrios vecinos, un total de 520.000 habitantes deben beneficiarse con la operación, según la policía.
Uno de los barrios que se debe ver favorecido es el de Santa Teresa, una de las postales de la ciudad que tiene como ícono el bondinho o tren eléctrico que cruza los Arcos de Lapa, antiguo acueducto carioca.
La ocupación se enmarca en un plan de las autoridades por retomar el control de los barrios más pobres de Río de Janeiro a manos de narcotraficantes. Se prevé que se instalen tres nuevas Unidades de Policía Pacificadora.
Rio de Janeiro, conocida tanto por su belleza como por su violencia endémica, albergará una de las sedes del Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.