Moscú. El principal opositor al Kremlin, Alexéi Navalni, no descartó el lunes la posibilidad de haber sido “envenenado” en la cárcel, donde cumple condena por haber convocado una manifestación en favor de elecciones libres.
La salud del principal opositor del presidente Vladimir Putin se deterioró un día después de que unas 1.400 personas fuesen detenidas en una manifestación no autorizada en Moscú, el mayor número de arrestos registrado en una concentración prodemocracia en los últimos años.
“Nunca tuve alergia”, afirmó el opositor en un mensaje difundido en su blog, en el que explicó sus síntomas."Durante un paseo, mis compañeros de celda vieron que tenía el cuello rojo. (...) En una hora, sentí mi frente y la piel en torno a los ojos que me ardían".
“Por la noche me desperté porque mi rostro, mis orejas, mi cuello ardían y me picaban”, añadió. “Me asaltó una idea: ¿Tal vez me han envenenado?”, agregó Navalni, quien acompañó su mensaje con una foto donde se le ve en el hospital con el rostro hinchado.
Indicó que los médicos se comportaban “como si tuvieran algo que ocultar”.
Navalni duda de la versión de la alergia y no descarta haber sido envenenado por los guardias de la cárcel, según él los más “impresionados” por su aspecto. Pero no descarta tampoco que alguien se introdujera en su celda cuando estaba vacía, y pidió examinar las imágenes de videovigilancia.
“Fue envenenado con alguna sustancia química desconocida”, manifestó la abogada Olga Mijailova a la prensa en la puerta del hospital número 64 de Moscú, donde fue ingresado el opositor.
Navalni, de 43 años, fue detenido el miércoles y condenado a 30 días de prisión por haber convocado a la manifestación del sábado, luego de que las autoridades excluyeran candidaturas independientes para las elecciones locales del 8 de setiembre.
‘Agente tóxico’
Luego de su traslado de urgencia, su doctora Anastasia Vasilieva afirmó que “la causa de la ‘enfermedad’ de Alexéi Navalni puede ser algún agente tóxico”.
La doctora del político fue finalmente autorizada a visitarlo.
"Alexéi también cree que podría haber sido algún agente químico", dijo Vasilieva a los periodistas.
Los médicos le diagnosticaron un problema en la piel y le aplicaron esteroides, tras lo cual su estado mejoró, agregó.
Navalni fue reenviado a la cárcel a pesar de que necesitaba seguir el tratamiento y el peligro que corre su salud en la cárcel, señaló Vasilieva.
Un responsable del hospital indicó a la prensa que la salud y la vida de Navalni no corrían riesgo.
Vasilieva acusó a los médicos del hospital de no querer investigar qué ha causado la enfermedad del opositor. “Claramente, Alexéi ha sido reenviado a prisión por órdenes de arriba”, aseveró.
Vasilieva es una oftalmóloga que trató a Navalni en el 2017 por una quemadura en el ojo, causada al haber sido rociado con un colorante químico verde.
Según la doctora, el opositor tenía los párpados hinchados y sarpullido en la parte superior del cuerpo, un cuadro de conjuntivitis y dermatitis agudas tóxicas.
Antes de la manifestación del sábado, varios opositores fueron arrestados y sus domicilios y oficinas, registrados.
Este lunes, uno de ellos, Ilia Yashin, fue condenado a 10 días de prisión.
"No tengo miedo de su sistema podrido, sus detenciones o sus centro de detención", dijo Yashin en el tribunal, según una publicación en sus redes sociales.
La oposición convocó a una nueva protesta el sábado.
A pesar de la mano dura policial, miles de manifestantes, muchos jóvenes de 20 a 30 años, salieron a las calles el fin de semana en el centro de Moscú y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad.
El Gobierno alemán exhortó este lunes a Rusia a liberar al millar de manifestantes detenidos y denunció la utilización “desproporcionada” de la fuerza por parte de la policía.
The Bell, un respetado medio online en lengua rusa, señaló que el Kremlin subestimó el enojo de los moscovitas y su presteza a manifestarse.
“Ahora tenemos que pensar qué hacer con todo esto”, expresó una fuente del Kremlin, citado por este medio.
En las redes sociales, los rusos se quejaron de la brutalidad de la Policía y compartieron historias de detenciones y agresiones.
Más de 21.000 personas firmaron una petición pidiendo que el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, renuncie.