Bruselas. Partidos y mandatarios europeos se preparaban este lunes para dar la batalla por los altos cargos del bloque, tras unas elecciones a la Eurocámara que confirmaron el fin del bipartidismo y un auge contenido de los euroescépticos.
Los votantes otorgaron al Partido Popular Europeo (PPE, derecha) la victoria con 180 de los 751 eurodiputados en juego, pero lejos de la mayoría, que ya no podrá alcanzar únicamente con su aliado tradicional, los socialdemócratas (146).
“Ninguna familia política es lo suficientemente fuerte para imponer a su candidato”, destacó Sébastien Maillard, del Instituto Jacques Delors, para quien “el juego está abierto” y los mandatarios querrán jugarlo sin ataduras.
Las discusiones se anuncian complejas. Los dirigentes de los 28 países, que se reúnen el martes para una primera discusión en base a los resultados, ya iniciaron sus contactos para decidir quién liderará la Unión Europea (UE) el próximo lustro.
El presidente francés, el liberal Emmanuel Macron, debe cenar esta noche con el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, después de haber conversado el domingo con la canciller alemana, la conservadora Ángela Merkel.
Los diferentes grupos políticos mantuvieron el lunes discusiones "complicadas" en Bruselas, según varias fuentes, y el martes por la mañana, antes de la cumbre, los presidentes de grupo deben debatir sobre los próximos pasos.
El sistema de elección del próximo titular de la Comisión Europea, la joya de la corona de los altos cargos a repartir, centrará las primeras discusiones tanto de los líderes como de los partidos, lo que anuncia un pulso institucional.
La Comisión es el brazo ejecutivo de la UE y es la instancia responsable de elaborar las propuestas de legislación comunitaria y de aplicar las resoluciones del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo.
La Eurocámara reclamó antes de los comicios que el candidato designado por los mandatarios y que a continuación deberán validar los eurodiputados forme parte de los cabezas de lista que lideraron las diferentes familias europeas en los comicios.
El PPE reclamó la presidencia de la Comisión, órgano ejecutivo de la UE, para su candidato Manfred Weber, quien, esperó que el Parlamento Europeo “confirme en los próximos días” su apego a este sistema de elección conocido como Spitzenkandidat.
Pese a reclamar la victoria, no lo tiene fácil para llegar a la cima del Berlaymont, sede de la Comisión. Tras los comicios, “Weber dispone de 48 horas para lograr ser designado”, explicó antes de la votación una fuente europea.
Hora de negociaciones
El PPE, blanco de críticas del resto de partidos proeuropeos por mantener entre sus filas al dirigente populista húngaro Víktor Orban, debe intentar forjar una mayoría con los socialdemócratas, pero también con los liberales o los ecologistas.
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"El nuevo equilibrio de poder en la Eurocámara exige un candidato a presidente de la Comisión que pueda construir una mayoría sólida", dijeron en un comunicado los liberales, tercera fuerza con 109 eurodiputados (+40).
La otra incógnita será el nivel de apoyo de los nueve mandatarios del PPE que se sientan en el Consejo Europeo y, especialmente, el de la canciller Merkel, pese a que está previsto que reiteren su respaldo a Weber antes de la cumbre.
“Sin su fuerte apoyo, no tiene posibilidades”, según Janis Emmanouilidis, analista del European Policy Centre, quien recordó que Merkel apoyó a Weber durante la campaña, pero no así al sistema de Spitzenkandidat.
Si el candidato del PPE no logra el apoyo de al menos 21 de los 28 mandatarios del Consejo, cuyos países representen al menos el 65% de la población, fracasará en su intento de presidir la Comisión y abrirá el juego para otros aspirantes.
El candidato socialdemócrata, Frans Timmermans, quien tiene como aliado en el Consejo a Pedro Sánchez, y la liberal Margrethe Vestager podrían jugar sus bazas, pero los mandatarios pueden designar a alguien que no fuera Spitzenkandidat.
La Comisión Europea la preside actualmente el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
Según un alto funcionario europeo, un cierto número de líderes buscará bloquear un candidato, “pero no el sistema de Spitzenkandidat”. Y rechaza una votación: “Hacer votar Francia contra Alemania sería una señal de crisis”, agregó.
Las fuerzas proeuropeas tendrán, no obstante, el camino allanado para controlar de nuevo los puestos de poder en la UE, después que los tres grupos euroescépticos, ya sean ultraderechistas o populistas, lograran solo 171 eurodiputados.
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Estos grupos tendrán complicado unirse en torno a un solo bloque y organizar un frente común de oposición en la UE en los próximos cinco años, pese a las sonoras victorias de los ultraderechistas en Francia e Italia.
“La extrema derecha no será lo suficientemente grande para bloquear la legislación (...) Y vista su desunión, siempre necesitará una de las grandes fuerzas para hacer algo”, según Pelle Christy, de la consultora Euraffex.