Berlín. Alemania entró este lunes en un período de incertidumbre después de una elección en la que los dos principales partidos defienden el derecho de encabezar la economía más grande de Europa, dejando sin definir quién será el sustituto de Angela Merkel.
Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) se proyectan como ganadores con 25,7% de los votos, según resultados preliminares publicados el lunes por la comisión electoral.
La alianza conservadora de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de Merkel, y su partido aliado bávaro, la CSU, encabezada por Armin Laschet, obtendría 24,1%, el peor resultado en su historia de siete décadas.
Los Verdes aparecen terceros con 14,8%, seguidos del Partido Democrático Libre (FDP) con 11,5% y el ultraderechista Alternativa para Alemania con 10,3%.
“Un gobierno dirigido por la Unión [CDU/CSU] es lo mejor para nuestro país y nos sentimos igualmente obligados hacia nuestros electores”, destacó Laschet este lunes, tras haber reclamado la cancillería para su movimiento el domingo por la noche.
“Ningún partido, ni siquiera el SPD obtuvo un mandato claro para gobernar”, insistió.
Y, aunque admitió que la CDU necesita “renovarse” asumió “personalmente [su] parte” en ese fracaso, decidido a hacer cuanto esté en su mano para conseguir formar una mayoría gubernamental.
Una pretensión difícilmente creíble para su rival, Olaf Scholz, ministro de Finanzas de la coalición saliente, quien recalcó que, para él, la derecha ha “recibido el mensaje de los ciudadanos de que ya no deberían estar en el gobierno sino en la oposición”.
‘Póker’
En Alemania no son los votantes los que eligen directamente al jefe de gobierno, sino los diputados, una vez formada la mayoría.
Sin embargo, esta vez la mayoría es especialmente complicada de formar, ya que debe reunir a tres partidos —la primera vez que esto ocurre desde los años 1950— debido a la fragmentación del voto.
“Empieza la partida de póker”, constató la revista Der Spiegel.
Tras las últimas elecciones, en el 2017, se necesitaron más de seis meses para alcanzar un acuerdo y formar la actual gran coalición de conservadores y socialdemócratas.
Tanto Scholz, de 63 años, como Laschet, de 60, dijeron que pretenden tener un gobierno instalado antes de Navidad.
“Alemania asumirá la presidencia del G7 en el 2022″, advirtió Laschet, y es por eso que el nuevo gobierno debe “llegar muy rápidamente”.
La perspectiva de un largo periodo de parálisis preocupa a los socios europeos de Berlín, mientras que el Viejo Continente teme quedar al margen en el plano geopolítico frente a las rivalidades entre Estados Unidos, China y Rusia.
Durante las negociaciones de coalición, Angela Merkel se limitará a gestionar los asuntos corrientes, con una menor presencia en la escena internacional.
“Aunque continúe gestionando todos los dosieres, [Alemania] perderá la legitimidad de dar forma a las iniciativas internacionales”, consideró el experto Christian Mölling, en un análisis para el Consejo alemán de Relaciones Exteriores (DGPA).
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Un vacío que preocupa particularmente a Francia, que en enero asumirá la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) y que espera poder contar con su socio más importante para sacar adelante sus iniciativas en aras de una Europa más “soberana”.
Francia cuenta con tener “rápidamente” un canciller alemán “fuerte” a su lado, indicó este lunes el secretario de Estado francés de Relaciones Exteriores, Clément Beaune; mientras que Rusia espera que la “relación” entre Moscú y Berlín “continúe y se desarrolle todavía más”, según declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
¿Quién tendrá la llave de gobierno?
Los Verdes, liderados por Annalena Baerbock, que durante un tiempo aparecían como favoritos, tienen suficiente apoyo para incidir en la definición del próximo gobierno.
Igualmente, los liberales del FDP recabaron suficiente apoyo para tener la llave del gobierno y convertirse en un actor ineludible para una futura coalición.
El lunes, los Verdes anunciaron las primeras discusiones exploratorias para definir con qué partido estarían dispuestos a cooperar.
Una alianza tripartita con el SPD sería “la opción más evidente”, consideró el copresidente de la formación, Robert Habeck, aunque no descartó dialogar con los conservadores.
Según un sondeo de YouGov, la mayoría de electores favorece a una coalición de centroizquierda, ecologistas y liberales. Y 43% de ellos estima que Olaf Scholz debe ser canciller.
En cambio, la opción de una coalición puramente de izquierdas parece descartada, pues la izquierda radical de Die Linke alcanzó resultados demasiado bajos.