Ciudad de Guatemala
El comediante de derecha Jimmy Morales, recién iniciado en la política, tomó una clara ventaja de 75% en la segunda vuelta de la elección presidencial de este domingo en Guatemala, con 42,64% de las mesas escrutadas, informó el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
Su contrincante, la exprimera dama Sandra Torres, socialdemócrata, se mantiene rezagada con 25% de los votos en el conteo inicial.
Las urnas cerraron a las 6 p. m. en los 2.786 centros de votación en todo el país, donde más de 7,5 millones de electores estaban convocados a sufragar.
Morales, de 46 años, un popular cómico de cine y televisión sin experiencia política, era el favorito para vencer el balotaje en las encuestas preelectorales.
Torres, de 60 años, tampoco había disputado una elección previa, pero tuvo a su cargo los programas sociales del gobierno de su exesposo Alvaro Colom (2008-2012).
De confirmarse los datos, Morales tendrá una difícil etapa por delante, porque su partido FCN-Nación obtuvo solo 11 diputados de 158 en la próxima legislatura.
Morales votó en el municipio de Mixco, aledaño a la capital, donde llegó vestido con una camiseta de la selección guatemalteca de fútbol.
"Guatemala en este momento histórico le ha dado una lección al mundo, tenemos que mantener este compromiso" de lucha contra la corrupción, expresó Morales, un popular cómico de cine y televisión.
Torres fue la primera de los candidatos en sufragar, en el colegio Valle Verde, en el este de la capital, donde aprovechó para acusar a Morales de estar rodeado de "militares cuestionados".
"El otro candidato representa a la vieja guardia de militares cuestionados, eso es lo que la gente tiene que ver", expresó Torres, al recordar que el partido FCN-Nación, de Morales, fue fundado por militares retirados.
En estos comicios también se eligen 11 alcaldes en ciudades donde el Tribunal Electoral anuló los resultados el pasado 6 de setiembre.
En la mayoría de los centros de votación se notó una baja afluencia de electores comparado con la primera ronda, cuando se formaron largas filas en las mesas.
Según analistas, el futuro presidente deberá impulsar un diálogo con todos los sectores del país para recuperar la credibilidad en la dirigencia política tras una serie de escándalos.
El nuevo mandatario recibirá el poder en enero del 2016 de un gobierno de transición, encabezado por el presidente Alejandro Maldonado, quien terminará los últimos cuatro meses del mandato del expresidente Pérez, en prisión preventiva por corrupción.
Pérez renunció al cargo el 2 de setiembre y está acusado de dirigir una estructura de defraudación tributaria en las aduanas.
El escándalo provocó indignación en la población y los guatemaltecos salieron masivamente a las calles para exigir la renuncia de los gobernantes
Herencia compleja. Cualquiera que resulte electo encontrará un Estado con las arcas vacías, carecerá de mayoría en el Congreso y estará bajo la mirada vigilante de la población, que exige transparencia.
"El nuevo presidente enfrentará un panorama tétrico porque el Estado está agonizando, las instituciones están colapsadas, la mayoría de los ministerios están endeudados, con cuentas pendientes", dijo a la AFP Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana, capitulo local de Transparencia Internacional.
Para complicar la situación, el fisco ha registrado "una caída muy drástica de ingresos y (el gobierno) va a tener de entrada muchas demandas y no cuenta con ninguna capacidad financiera para satisfacer esas demandas", agregó.
En los últimos meses varios de los 14 ministerios han colapsado por falta de recursos, como el de Salud, que está desabastecido de medicinas, y el de Comunicaciones e Infraestructura, que tiene deudas con empresas constructoras.
Abelardo Medina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, comentó que otro problema será la baja recaudación tributaria, que apenas supera el 10% del Producto Interno Bruto. Se prevé que el déficit fiscal alcance el 2,1%.
"Va a tener que ser un presidente muy creativo para hacer reformas realmente radicales que le permitan tener un horizonte de gobernabilidad", advirtió Medina.
Los analistas advierten que el nuevo gobierno estará bajo la lupa de la fiscalización pública para evitar nuevos escándalos.
De acuerdo con Marroquín, el movimiento de indignados que surgió con la movilización anticorrupción está vigilante y a "cualquier signo de mal gobierno, la gente va a salir inmediatamente las calles".
"El impulso cívico ciudadano por la transparencia debería de mantenerse con el próximo gobierno. Si queremos que las cosas cambien realmente, hay que mantener vivo ese espíritu de indignación", comentó el analista Marco Antonio Barahona