Tegucigalpa. Al menos 31 asesinatos por motivaciones políticas en el último año tiñen de sangre la campaña para las elecciones generales de Honduras del 28 de noviembre, ya salpicada por acusaciones de corrupción y narcotráfico que alcanzan hasta al actual gobernante. Francisco Gaitán, de 61 años, alcalde y candidato a la reelección en la ciudad de Cantarranas, unos 20 km al este de Tegucigalpa, fue una de las últimas víctimas. Recibió un disparo y luego fue rematado en el suelo por un pistolero, mientras participaba en una concentración política.
El asesinato del alcalde “no es por otra cosa que por celo político. El hombre que le disparó le dijo: Hasta aquí llegaste ‘Paco’ Gaitán”, relató a la AFP el vicealcalde, Marco Guzmán, quien lo sustituirá en la candidatura. Gaitán, de amplia popularidad, buscaba su quinta reelección consecutiva. Pertenecía al Partido Liberal (PL), una agrupación opositora cuyo líder, Yani Rosenthal, quiere ser presidente tras haber cumplido en Estados Unidos una condena de tres años por lavado de activos procedentes del narcotráfico.
Uno de los favoritos para suceder al mandatario Juan Orlando Hernández es el actual alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, del gobernante y conservador Partido Nacional (PN, derecha), sobre quien pesan investigaciones por malversar fondos capitalinos. Su más cercana contendora, Xiomara Castro, es la propuesta del Partido Libre (PL, izquierda). Es la esposa del derrocado expresidente Manuel Zelaya (2006-2009), a quien un capo del narcotráfico aseguró haber sobornado a cambio de “poner como ministro de Seguridad” a un familiar, algo que no sucedió.
A inicios de mes, el candidato presidencial Santos Rodríguez fue detenido por narcotráfico y homicidios. Hasta el propio presidente Hernández ha sido señalado por un fiscal en Nueva York como cómplice de tráfico de drogas. Por ese delito está preso y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos su hermano, Juan Antonio Tony Hernández. Todos niegan los cargos.
Mensajes de violencia
El ejecutor del crimen de Gaitán fue capturado por la policía. Cientos se lanzaron a protestar a las calles y acudieron al velatorio. ”Sumando los cuatro (asesinatos recientes), son 31 muertos” desde el 23 de diciembre del 2020, a causa del “clima polarizado, con líderes que generan mensajes de violencia”, en lugar de propuestas sobre la solución de los problemas del país, dijo a la AFP la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, Migdonia Ayestas.
El sábado pasado fue asesinado Elvir Casaña, activista del partido Libre, en Santa Bárbara, noroeste, después de participar en una actividad proselitista. En las elecciones del 2017, “fueron 12 los homicidios que se cometieron contra actores políticos”, precisó Ayestas.
“No hay voto que valga una gota de sangre de ningún hermano hondureño”, sostuvo el cardenal Oscar Rodríguez en una homilía reciente. ”Se está infundiendo miedo en la sociedad: ‘Mejor no salgamos a votar porque habrá violencia’; no, eso sería ser cómplices también de la indiferencia”, lamentó.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (Oacnudh) dijo que observa “con preocupación las muertes violentas en el contexto electoral”. Llamó a “llevar a cabo elecciones pacíficas con respeto a los derechos humanos” y condenó “los actos de violencia electoral que afectan el derecho a la participación política”.
"La violencia no tiene cabida en la democracia", demandó también la Misión de Observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un comunicado.
“Asimismo, hace votos por que las autoridades avancen con celeridad en la investigación de estos actos inaceptables y lleven a los responsables ante la justicia”, agregó.
Choque de izquierda y derecha
La confrontación principal ocurre entre el oficialismo de derecha, de Asfura, favorito en la contienda, y la izquierda que sigue sumando alianzas y amenaza su permanencia. Dos candidatos con menos opciones ya cedieron su apoyo a Xiomara Castro. El PN se queja de una campaña “de odio” de la alianza porque Castro pregona que Asfura significa el continuismo de Juan Orlando Hernández, de corrupción y narcotráfico.
El PN por su parte trata de desacreditar a Libre, saliendo a marchar contra el “comunismo”. Critica a Zelaya por sus vínculos con la Venezuela del fallecido Hugo Chávez y del actual gobernante Nicolás Maduro, elementos que una alianza cívico-militar utilizó para derrocarlo en el 2009.
En su discurso conservador, el PN también descalifica a Libre por su propuesta de legalizar el aborto y “matar niños”. Además de presidente, en las elecciones se escogerán tres vicepresidentes, 128 diputados (con suplentes), 20 diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen) y 298 alcaldías.
Hernández termina su segundo mandato de cuatro años el 27 de enero del 2022. Su reelección en el 2017 estuvo marcada por acusaciones de un fraude que lo favoreció, en medio de protestas que dejaron una treintena de muertos.