Ciudad de México. El despliegue de un cartel obligó a las autoridades a desistir del arresto del hijo de Joaquín el Chapo Guzmán, provocando que los mexicanos cuestionaran la estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador y se preguntaran quién gobierna realmente en algunas partes del país.
Este es un resumen de la situación:
¿Qué sucedió en Culiacán?
Unos 35 soldados y miembros de la Guardia Nacional de México intentaron arrestar a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos menos conocidos del Chapo, en territorio del cartel de Sinaloa. Encontraron a Guzmán en casa con tres personas más, pero pronto se vieron rodeados por los hombres armados del cartel.
Mientras tanto, los fieles a Guzmán dispararon armas automáticas e incendiaron vehículos en carreteras importantes en toda la ciudad, dificultando la movilidad de las autoridades.
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Al menos ocho personas murieron en los enfrentamientos. Las autoridades federales informaron que decidieron irse sin capturar a Guzmán para evitar que se derramara más sangre. El viernes, las autoridades mexicanas dijeron que el gabinete de seguridad del presidente no había sido notificado de la operación con antelación.
¿Cuál es la estrategia de seguridad?
El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó severamente la estrategia de su predecesor, que se enfocó en los cabecillas de los carteles. En muchos casos, las capturas o asesinatos provocaron que esos grupos se dividieran y aumentara la violencia. López Obrador quiere llegar a la raíz del problema de la violencia a través de programas sociales destinados a los jóvenes que podrían sentirse atraídos hacia el crimen organizado porque carecen de otras opciones. Durante su campaña utilizó la frase “abrazos, no balazos”.
El problema en este primer año del gobierno de López Obrador es que casi todas sus soluciones tomarían tiempo para rendir frutos, y México experimenta niveles históricos de violencia. Eso lo abordó a través de la creación de una nueva Guardia Nacional, en un principio formada por elementos del Ejército y la Policía federal.
Sin embargo, en cuanto se creó, gran parte de su fuerza fue enviada a implementar los operativos de tráfico de migrantes bajo la presión del gobierno de Estados Unidos.
¿Cuánto poder tienen los carteles?
Los carteles siguen siendo la fuerza dominante en partes de México donde el Estado tiene poca presencia. Esto suele representarse con una imagen de anarquía rural en donde gobiernan quienes están organizados y armados. Esta semana, 13 policías fueron emboscados y asesinados en el estado occidental de Michoacán. Comúnmente, los carteles ejercen un poder más suave: compran a funcionarios y autoridades, y cubren su territorio con una efectiva red de vigilancia.
Sin embargo, los eventos del jueves mostraron que incluso en la capital del estado, los carteles pueden reunir una abrumadora potencia de fuego. En el 2015, el extremadamente violento cartel Jalisco Nueva Generación hizo una exhibición de poder similar en Guadalajara –la segunda ciudad más grande de México– cuando perpetró una serie de ataques antes del intento de captura de su líder Nemesio Oseguera Cervantes. En años recientes, maniobras similares, pero más pequeñas, han sido utilizadas por los Zetas y por el cartel del Golfo en Tamaulipas.
¿Quién supervisó la operación?
Sigue sin estar claro quién estuvo a cargo de la operación. El viernes, los funcionarios dijeron que las fuerzas de seguridad planeaban ejecutar una orden de arresto de un juez para capturar a Guzmán, pero aparentemente llegaron a la casa sin la orden en mano.
Funcionarios en Ciudad de México dijeron que de haber sabido de la operación, lo habrían hecho de forma diferente.
El secretario de Seguridad de López Obrador, Alfonso Durazo, supervisa a la Guardia Nacional que tiene una cadena de mando formada casi en su totalidad por militares. Desde que ocupó el puesto, López Obrador se ha apoyado mucho en el Ejército no solo para combatir a los carteles, sino para perseguir a los grupos que roban combustible y ahora para la construcción de un nuevo aeropuerto en la capital.
El general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, dijo el viernes que las fuerzas en la casa de Guzmán no hicieron planes para la magnitud de la reacción al arresto de Guzmán.
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¿Qué dice el presidente?
López Obrador dijo el viernes que estaba de acuerdo con la decisión de retirarse sin capturar a Guzmán: “No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas”.
“Es que no se puede apagar el fuego con el fuego”, manifestó. “Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra”.
“Vamos muy bien en nuestra estrategia” de seguridad, insistió, “porque se están atendiendo las causas que originaron la violencia”, y agregó que no planea cambiarla.
¿Qué dicen los demás?
El partido Morena de López Obrador dijo que quiere que Durazo comparezca ante el Congreso sobre lo sucedido y pidió más recursos para la Guardia Nacional.
Juan Carlos Romero Hicks, líder del Partido Acción Nacional en la cámara baja, aseguró que los congresistas también quieren preguntarles a los funcionarios sobre otros enfrentamientos recientes, incluso sobre los 13 policías estatales asesinados en Michoacán, y los 14 civiles y un soldado fallecidos en Guerrero. “Parece que el gobierno federal está pasmado y no tiene una capacidad de respuesta”, afirmó.
José Reveles, autor de varios libros sobre el cartel de Sinaloa, dijo que el operativo fue “una torpeza; no solo un error de operación, sino también político que podría implicar incluso renuncias”.