Managua. Nicaragua inauguró este domingo las sesiones del nuevo Congreso, el cual promete apoyar el cuarto mandato consecutivo que, Daniel Ortega, asumirá oficialmente el lunes, junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, informó una fuente oficial.
La instalación del período legislativo 2022–2026 fue dirigida por la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, quien juramentó a 91 diputados, de los cuales 75 pertenecen al gobernante Frente Sandinista y 16 a partidos derechistas. Al frente de la Junta Directiva Legislativa, de siete miembros, fue reelecto el diputado sandinista Gustavo Porras, cercano a la pareja presidencial.
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Porras prometió trabajar a favor de “la independencia definitiva” del país, en alusión al rechazo que expresó el Gobierno a cualquier tipo de injerencia extranjera en sus asuntos internos. “Vamos a continuar trabajando a favor de la paz, de la independencia definitiva de nuestro país, independencia en todos los sentidos”, dijo el diputado, quien dirige el Legislativo desde hace cinco años.
Durante su gestión se aprobaron polémicos proyectos, como la ley de ciberdelitos, que castiga las noticias falsas, la de agentes extranjeros, además de reformas legales que criminalizan las protestas y establecen la cadena perpetua. En el 2019, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), de Estados Unidos, sancionó a Porras y a otros funcionarios nicaragüenses por promulgar leyes represivas y perseguir a los ciudadanos que ejercen sus libertades fundamentales.
Porras presidirá la Junta Directiva con el apoyo de cinco diputados sandinistas y dos liberales. Los 16 legisladores derechistas que integran el Congreso son: 10 del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), dos de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), dos del Partido Liberal Independiente (PLI), uno a la Alianza por la República (APRE) y uno al partido indígena Yatama.
La oposición política, que no tiene asiento en el Congreso y fue excluida de los comicios del pasado 7 de noviembre, tilda a estos legisladores derechistas de “colaboradores” del Gobierno. Por su parte, Ortega, exguerrillero de 76 años, que gobierna desde el 2007 en virtud de tres reelecciones sucesivas, obtuvo en noviembre su cuarto mandato consecutivo con sus principales rivales de oposición presos o en el exilio.
En su nuevo mandato, Ortega contará nuevamente con los votos necesarios para impulsar desde el Congreso leyes ordinarias e iniciativas con rango constitucional. Sin embargo, gobernará bajo amenazas de sanciones por parte de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y países que cuestionaron su reelección por la represión que ejerció contra los opositores antes de los comicios.
Este lunes, Ortega asumirá el cargo en una ceremonia oficial a la que asistirán delegados oficiales de China –el nuevo aliado de Nicaragua tras la ruptura en diciembre pasado de relaciones diplomáticas con Taiwán–, de Venezuela, Cuba, Irán y Honduras, informó el Gobierno.