Nusa Dua. Indonesia acoge desde el martes en Bali la cumbre de los dirigentes del G20 (principales economías del mundo) con un despliegue de seguridad sin precedentes en esta “isla de los Dioses” expuesta a las catástrofes naturales y manifestaciones.
Hasta 17 jefes de Estado y de gobierno discutirán soluciones a una serie de crisis mundiales en esta isla de credo hinduista, en el país con la mayor población musulmana del mundo. El presidente ruso Vladimir Putin no acudirá y estará representado por su ministro de Relaciones Exteriores, al igual que Brasil y México.
LEA MÁS: Países occidentales denuncian en el G20 el impacto de la guerra rusa en la economía mundial
Bali se prepara desde hace meses para acoger las 20 delegaciones nacionales, así como altos responsables de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y del Comité Olímpico Internacional. Uno de los objetivos principales de este encuentro es asegurar las condiciones de seguridad óptimas 20 años después de un atentado que dejó más de 200 muertos en la isla.
“He inspeccionado todos los detalles (...). Hemos verificado todo y quiero anunciar que estamos preparados para acoger nuestros invitados para el G20″, indicó el presidente indonesio Joko Widodo esta semana. Para el único país del Sureste Asiático en el G20, la llegada de miles de participantes supone un bienvenido impulso a un sector turístico mermado por dos años de pandemia.
Miles de militares
Por su parte, la operación de seguridad “Puri Agung” prevé el despliegue de 18.000 militares y policías en la zona de Nusa Dua, en el sur de la isla. Los jefes de Estado y de gobierno se alojarán en una veintena de hoteles, entre ellos el Apurva Kempinsky, que acogerá la cumbre. Todo el perímetro estará bajo protección militar y la Policía se encargará de la seguridad en el exterior.
En la zona se desplegaron 12 buques militares, 13 helicópteros y cuatro aviones de combate (F16 estadounidenses y Sukhoi rusos), además de una aeronave de reconocimiento de Beoing y dos aviones de carga Hércules para eventuales evacuaciones médicas.
Las autoridades instalaron tecnología de reconocimiento facial, más de 1.700 cámaras de vigilancia y cientos de cámaras transportadas por agentes de Policía. Las autoridades indonesias se coordinaron también con los responsables de seguridad de China y Estados Unidos y aseguraron que cooperan a nivel de inteligencia con las delegaciones.
Cinturón de Fuego del Pacífico
La isla de Bali se ubica en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de choque entre placas tectónicas con un alto riesgo de sismo y erupciones volcánicos. Solo Indonesia cuenta con casi 130 volcanes, tres de ellos situados en Bali.
El país sufre regularmente catástrofes naturales. Una de las peores fue un tsunami en el 2014 causado por un sismo submarino frente a la isla de Sumatra que provocó más de 170.000 víctimas solo en Indonesia.
Alrededor de 1.500 miembros de las fuerzas de seguridad están movilizados para potenciales evacuaciones en caso de catástrofe natural. La Policía preparó toda una gama de vehículos y helicópteros para evacuar los dirigentes en caso de inundación o terremoto.
Cometas prohibidas
Las autoridades reprimieron algunos intentos de manifestación: pararon una protesta en bicicleta de Greenpeace y detuvieron varios extranjeros. Asimismo, restringieron la movilidad en la isla con la suspensión de ceremonias religiosas y tradicionales durante la cumbre, incluso numerosos residentes recibieron órdenes de trabajar y estudiar desde sus casas.
La compañía nacional de electricidad incluso prohibió a los habitantes de la isla utilizar cometas, una tradición arraigada en la isla, durante el evento por miedo a que estropeen las líneas eléctricas y provoquen cortes.
LEA MÁS: Estados Unidos boicoteará sesiones del G20 en las que participe Rusia