Jerusalén. Benny Gantz, rival del primer ministro Benjamín Netanyahu y líder de una agrupación de centro-derecha, tiene dos días para conseguir formar un nuevo gobierno en Israel, pero aún no logra el apoyo necesario y la violencia en la frnja de Gaza de la semana pasada afectó a las negociaciones.
El bloque Likud (derecha) de Netanyahu y el partido Azul-Blanco (centrista) de Gantz llegaron prácticamente iguales en las eleccioens legislativas de setiembre, pero ninguno logró, con sus aliados, alcanzar el umbral de los 61 escaños para obtener una mayoría en el Parlamento (Knéset).
Y después del fracaso del primer ministro saliente para conseguir los votos necesarios para formar un gobierno de unión, el presidente Reuven Rivlin confió el 23 de octubre a Gantz, exjefe del Ejército, la misión de crear una coalición.
Pero Gantz tiene hasta el 20 de noviembre a las 11:59 p. m. para lograrlo y, a dos días de que venza ese plazo, lleva a cabo negociaciones relámpago.
Con la operación militar la semana pasada contra el grupo armado Yihad islámica en la franja de Gaza, las conversaciones quedaron de lado.
Desde el domingo, el escenario político israelí está nuevamente en ebullición mientras que Gantz intenta convencer a Avigdor Lieberman, líder del partido no alineado Israel Beitenu, de unírsele en una coalición.
Pero hay un problema, o más bien dos. Gantz, la izquierda y Lieberman no reúnen suficientes votos para formar una mayoría.
De ahí la idea de formar una coalición minoritaria apoyada desde el exterior por partidos árabes israelíes, que no tendrían ministerios, pero podrían respaldar al bloque en una votación clave en el Parlamento.
בני גנץ - Benny Gantz - אני מתחייב:
— צביקה גרינבאום (@laki1946) November 17, 2019
לא נשב עם בנימין נתניהו . pic.twitter.com/SCD6y95iTQ
Además, Lieberman ya ha expresado su hostilidad contra los partidos árabes sin, no obstante, cerrar la puerta a un gobierno minoritario.
Durante una manifestación contra un gobierno minoritario, Netanyahu alertó, la noche del domingo, contra un "peligroso gobierno" apoyado por diputados de partidos árabes que "respaldan a organizaciones terroristas".
"Los árabes (...) no son sionistas y no apoyan a Israel. Depender de ellos a cada momento, y en particular actualmente, es un enorme peligro, sin precedentes en la historia" de la nación, agregó.
“Ellos (Gantz y Netanyahu) presionan cada uno sobre el otro”, proponiendo de un lado un gobierno minoritario y del otro desacreditando ese potencial gobierno, explicó Gideon Rahat, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En ese juego, Gantz y Netanyahu cortejan a Lieberman, cuyos ocho escaños, no alineados, podrían permitir a cada uno reclamar el poder.
“Gantz quiere dirigir un gobierno de este tipo (minoritario)? La respuesta es no”, afirmó en las páginas del periódico Haaretz el renombrado columnista político Anshel Pfeffer. Y Lieberman “no quiere ciertamente asociarse con ellos”, agregó.
Escenarios políticos
En este contexto surgen varios escenarios.
En uno de ellos, Lieberman apoya finalmente a Netanyahu. En otro, el primer ministro saliente, preparándose a ver a Lieberman aliarse con Gantz, decide unirse al exjefe del Ejército e intentar nuevamente formar un gobierno de unión con él.
Si Gantz no logra de aquí a la noche del miércoles formar una coalición, los diputados tendrán 21 días para proponer al presidente el nombre de otro elegido que juzguen capaz de lograr una mayoría.
Pero un comodín podría aparecer durante este periodo. El procurador general, Avichai Mandelblit, debe anunciar en diciembre si acusa o no a Netanyahu por “corrupción”, “malversación” y “abuso de confianza” en varios casos.
Una acusación podría reducir el respaldo a Netanyahu, mientras que un sobreseimiento del caso podría darle un nuevo aire.
Si una vez vencido este plazo, ninguna figura logra imponerse a la cabeza de un gobierno, Israel se dirigirá entonces hacia sus terceras elecciones en menos de un año.
Un escenario a la italiana, con elecciones repetidas, ironizan ya los israelíes.