Bernardo Arévalo es el presidente de Guatemala, pero el camino para llegar a la silla presidencial presentó varios inconvenientes; antes, durante y después de su elección.
Desde que su nombre fue elegido para el balotaje; el Movimiento Semilla, sus miembros y la figura de Arévalo y Karin Herrera, vicepresidenta de la República, vieron cómo desde la Fiscalía y diversos sectores se empeñaban en lo que ellos llamaron la gestación de un “golpe de Estado”.
Frase que entre pasillos, volvió a escucharse el domingo 14 de enero, día de la juramentación como Presidente en un acto que debió empezar a las 2:00 p. m. y terminó llevándose a cabo a eso de las 11:58 p. m., sin la presencia del presidente saliente, Alejandro Giammattei; y luego de una muy extensa jornada legislativa.
Para comprender cómo es la legislación guatemalteca, su Congreso y qué fue lo que sucedió este domingo, La Nación conversó con Juan Diego Godoy y Max Santa Cruz, ambos analistas políticos guatemaltecos que explican los diversos factores que afectaron la juramentación y cuáles son los pasos a seguir para Arévalo y su Asamblea Legislativa.
Claves iniciales
Antes, hay que comprender que la ley guatemalteca establece que “en un ejercicio de equilibrio de poderes que sea el poder del Congreso quien ponga la banda presidencial al poder del ejecutivo”, dice Godoy.
Es decir, el nuevo presidente de la Asamblea Legislativa debe poner la banda en este caso a Bernardo Arévalo y allí empezó el problema; a las 8:00 a. m. la antigua y nueva asamblea inició el proceso de cambio en la sesión del 14 de enero.
“Primero la legislatura anterior sesiona para cerrar el periodo, esa legislatura le da paso a la nueva. Se juramenta a los 160 diputados y luego se hace una votación para escoger a la Junta Directiva (Lo que equivale a el Directorio en Costa Rica) que son nueve diputados en los que está el Presidente, tres Vicepresidentes y cinco Secretarios”, explica Juan Diego.
¿Por qué hubo retraso?
Ambos analistas coinciden en que la principal razón era lograr retrasar lo más posible la juramentación de Bernardo Arévalo.
“La razón es eminentemente a mi criterio, de carácter político. El retraso malicioso que hubo en todos los momentos de las instancias en donde en la parte protocolar metieron algunos de los procedimientos que no estaban amparados o en ley, hicieron que todo esto nos llevara a lo que yo a media tarde pensé y dije ‘miren eso nos va a llevar a las 11:59 de la noche con 59 segundos’ y casi lo dicho, así fue”, dijo Max Santa Cruz.
Haciendo referencia a los problemas que hubo con la antigua Asamblea Legislativa, previo a la juramentación.
“Primero, la Novena Legislatura (diputados salientes) en la que Giammatei tenía todo el control, estableció de manera totalmente parcial que para que los nuevos diputados fueran juramentados, además de lo básico que se solicita (cédula y carnet del Tribunal Supremo Electoral), pidieron una constancia de cargos que se le conoce como finiquito, esto no está en la Constitución, fue un capricho de esta legislatura”, explica Godoy.
Este finiquito lo otorga la Contraloría General de Cuentas y constata que la persona no tiene ninguna denuncia penal, que su historial está limpio y es una persona honorable para asumir cualquier puesto; en este tema los legisladores tardaron seis horas.
En un principio ese proceso debía tardar un máximo tres horas; sin embargo se extendió.
Para Juan Diego, “la razón por la que hicieron todo este proceso era porque ya tenían pactado que tres diputados que iban a asumir iban a salir con una supuesta denuncia penal, que les habían puesto 24 horas antes para manchar su historial de ese finiquito y estos tres diputados iban a integrar la planilla de la Junta Directiva de los Diputados aliados de Arévalo entonces si estos diputados no podían asumir sus curules prácticamente esa planilla se quedaba sin tres puestos y sin tres votos de tres bancadas”.
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¿Qué son las planillas en el poder legislativo guatemalteco?
Los diputados hacen sus alianzas entre bloques y presentan su listado de 9 participantes para dirigir el congreso.
Planilla 1: Fue presentada por el partido Vamos de Giammatei el cual presentaba una serie de partidos políticos, llamados la nueva oposición.
Planilla 2: Encabezada por diputados afines a Arévalo con partidos nuevos que entraron por primera vez al Congreso.
¿Cómo se llegó a una solución?
“La décima legislatura (nuevos diputados electos) dijo hagan lo que quieran y no dejen que nosotros asumamos y den paso a la nueva legislatura, se dio paso y el primer punto de la décima legislatura fue desconocer lo de la antigua”, empezaron de cero y asumieron los tres diputados que tenían “problema”, afirma Godoy.
De esta forma llegó la votación por los diputados que iban a dirigir el Congreso, con forma de votación similar a la Asamblea Legislativa de Costa Rica; con el voto de mitad más uno como ganador.
En Guatemala son un total de 160 diputados, por lo que “el número mágico” es 81, por mayoría simple. Esa sesión finalizó con la elección de la planilla de Bernardo Arévalo, es decir, el oficialismo.
Primeros retos de Arévalo y sus legisladores.
Para Max Santa Cruz, el presidente Arévalo inició acertadamente tras el reconocimiento como comandante de las Fuerzas Armadas en el frente del Palacio Nacional y no en una base militar, como se hizo en anteriores gobiernos, con un mensaje de que “esta es una etapa en donde la democracia nos permite entender que el manejo del poder está en manos de los civiles y no de las Fuerzas Militares”, afirma el especialista.
En cuanto a retos, menciona que debe completar su gabinete y establecer reuniones con alcaldes y como punto básico continuar con su gobierno y estandarte anticorrupción.
Por otro lado, Juan Diego Godoy asegura que “Arévalo ya ha dicho que esta semana va a citar a la Fiscal General Consuelo Porras y le va a pedir su renuncia (...) y esto lo decían ayer entre pasillos, va a ser una situación donde va a tener él al lado al Ejército de la República, a la policía, a todos sus diputados y a todos sus ministros de Gobierno, pues va a ser una demostración de poder en donde le va a decir señora, usted se va. No la puede despedir pero sí le puede pedir su renuncia y va a ser una especie de ‘ahora el poder ha cambiado’”.
Y por el lado del Congreso es probable que de las primeras decisiones que tomen es eliminar la figura que no permite al presidente destituir a su fiscal general.