Washington. “Era más que hora”. Joe Biden confirmó este jueves que nombrará, por primera vez en la historia, a una mujer negra a la Corte Suprema de Estados Unidos, para sustituir al juez Stephen Breyer, que anunció su jubilación este 27 de enero.
“La persona que nombraré tendrá cualificaciones, una personalidad, una experiencia y una integridad extraordinarias. Y será la primera mujer negra designada para la Corte Suprema”, dijo el presidente estadounidense, quien lo había prometido durante la campaña electoral.
El primer magistrado negro Thurgood Marshall fue nombrado en la institución en 1967 y actualmente cuenta con un afroestadounidense, el juez Clarence Thomas, que es conservador. Durante un discurso en la Casa Blanca dijo que todavía no había hecho una elección y que ésta se hará pública “a finales de febrero”.
El presidente también expresó la “gratitud” de la nación a Stephen Breyer, quien estaba junto a él. El magistrado de 83 años, conocido por sus puntos de vista progresistas, mostró una copia de la Constitución. Estimó que la democracia estadounidense era “un experimento en curso” y añadió: “Soy optimista, estoy seguro de que tendrá éxito”.
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Joe Biden debe concluir el procedimiento de sustitución antes de las elecciones legislativas de medio mandato de otoño, en las que los demócratas podrían perder el control del Senado. Y la cámara alta del Congreso es la que tiene la última palabra sobre los nombramientos de la Corte Suprema.
Los demócratas tienen una mayoría muy pequeña en ella: 50 votos más el de la vicepresidenta Kamala Harris, contra 50 de los republicanos.
Los tiempos en que los jueces de la Corte Suprema eran una elección por consenso parecen haber quedado atrás. Stephen Breyer fue confirmado por 87 votos contra 9 por el Senado en 1994, algo impensable hoy en día en medio de fuertes divisiones entre los partidos.
Si nombra a un juez más joven, Joe Biden se garantiza al menos durante unos años el actual equilibrio de poder en la Corte Suprema. La institución cuenta con 6 magistrados conservadores -la mitad de los cuales fueron designados por el expresidente Donald Trump- y 3 progresistas, todos ellos de por vida.
La Corte Suprema desempeña un papel importante en Estados Unidos al ejercer de árbitro, mediante la jurisprudencia, en muchos debates sociales importantes.
La institución, que ha dado un giro claramente a la derecha y más bien hostil a un excesivo intervencionismo del Estado federal, parece dispuesta a reconsiderar el derecho al aborto, a extender el derecho a portar armas e incluso a desmantelar ciertas regulaciones ambientales.
Suenan varios nombres para reemplazar a Stephen Breyer, como los de Ketanji Brown Jackson, de 51 años, miembro de la Corte federal de apelaciones en Washington, Leondra Kruger, juez de la Corte Suprema de California, de 45 años, y Michelle Childs, de 55 años, juez federal en Carolina del Sur.
Si cumple con su promesa de nombrar a una mujer negra, Joe Biden podría recuperar parte de la popularidad perdida entre los votantes afroestadounidenses, cuyo apoyo durante la campaña presidencial y en las urnas fue decisiva.
Algunos activistas critican al presidente demócrata por haber hecho grandes promesas, en particular sobre derechos civiles y violencia policial, que por ahora no se han concretado.