Washington. Aplausos en el Congreso, un leve aumento en las encuestas: el presidente estadounidense, Joe Biden, recuperó algo de color político nacional con su manejo de la guerra en Ucrania, pero le será muy difícil consolidar y mantener ese impulso, dicen los expertos.
La semana pasada, el líder demócrata de 79 años logró que parlamentarios de su partido y los republicanos mostraran de forma unida su apoyo a Ucrania con una ovación de pie durante su solemne discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso estadounidense.
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La imagen marcó los ánimos en un país que sufre fuertes divisiones políticas, en particular a pocos meses de las elecciones legislativas de medio mandato que se celebrarán en noviembre. El impopular Biden, lastrado por el fracaso en el Congreso de sus emblemáticos proyectos de reforma, ¿se beneficia de un efecto de “unión tras la bandera”, a fuerza de virulentas declaraciones e históricas sanciones contra Rusia?
Este concepto, esgrimido en 1970 por el politólogo John Mueller, sugiere que en caso de una crisis internacional, los estadounidenses cierran filas detrás de su “comandante en jefe”. La pausa en el frente de la pandemia ciertamente también juega un papel, aunque relegado a un segundo plano por la guerra en Ucrania.
“El apoyo a sus medidas (sanciones contra Rusia) es bastante fuerte, incluso entre los republicanos. Y hay un pequeño efecto en su calificación general de confianza”, opinó Alan Abramowitz, politólogo de la Universidad de Emory, en Atlanta.
Imagen de ‘jefe’
Biden tiene ahora un 42,7% de aceptación en sondeos favorables, según el sitio Fivethirtyeight, una puntuación baja pero mejor a la registrada el 27 de febrero, en torno al 40%. El presidente de mayor edad elegido hasta la fecha en Estados Unidos, atacado regularmente por los republicanos que le atribuyen falta de vigor, tiene “una oportunidad para cambiar su imagen como líder” y así poder “recuperar parte del terreno perdido con el retiro de Afganistán (...) percibido como algo desastroso”, agregó el experto.
Además, la oposición republicana está ahora avergonzada por el elogio del expresidente Donald Trump (2017-2021), un magnate muy influyente dentro del partido, al “inteligente” Vladímir Putin y la crítica a los líderes occidentales, a los que calificó de “tontos”.
Pero Abramowitz estima que el ligero aumento de la popularidad de Biden, si se consolida, será especialmente notable entre los demócratas. Para Capri Cafaro, una exlegisladora demócrata del estado de Ohio y profesora de la American University en Washington, el presidente intentó “reiniciar” su mandato durante el discurso del Estado de la Unión, poniendo énfasis en Ucrania, aunque también abordó temas caros para cada campo: inmigración y policía para los conservadores, derecho al aborto y poder adquisitivo para los progresistas.
Salió de los grandes planes de transformación para dar paso a proyectos concretos: bajar el precio de los medicamentos, reconstruir puentes, abrir fábricas. “Intentó cambiar su imagen presentándose como pragmático o moderado, después de haber sido calificado (...) de títere de los progresistas”, valoró.
‘Sin posición ganadora’
Sin embargo, Cafaro estimó que para Biden “no existe una posición ganadora”. “Cuando intentas complacer a todos, corres el riesgo de parecer alguien que no tiene convicciones”, señaló. También resta por ver cómo manejará la Casa Blanca el impacto de las sanciones en los hogares estadounidenses, que sufren una alta inflación.
Antes de que Biden revelara el martes un embargo sobre el petróleo ruso, una encuesta de la Universidad de Quinnipiac reveló que 71% de los estadounidenses está a favor de esa medida aún si provoca un mayor aumento del precio de la gasolina.
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Biden culpa a la incursión militar de Moscú por el aumento de los precios en las gasolineras. El martes un periodista le preguntó qué podía hacer para detener el aumento: “No hay mucho que pueda hacer... Rusia es la responsable”, respondió.
Los republicanos, que acusan a Biden de haber frenado la explotación de crudo en suelo estadounidense, se mofaron: “Hoy es culpa de Rusia. Antes era culpa de la OPEP y antes fue por el virus”. “Pregunta real: ¿hasta dónde deben llegar los precios de la gasolina antes de que él asuma la responsabilidad?”, se preguntó en su cuenta de Twitter el líder de la bancada republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.