Tel Aviv. El presidente estadounidense, Joe Biden, llegó este miércoles a Israel, en su primera gira por Oriente Medio, donde deberá mostrar sus cualidades de equilibrista ante el conflicto israelo—palestino, las tensiones con Irán y las negociaciones por el petróleo con Arabia Saudita.
El avión presidencial estadounidense Air Force One aterrizó a media tarde en el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, donde el presidente israelí Isaac Herzog y el primer ministro Yair Lapid lo esperaban. Después de Israel, el presidente estadounidense de 79 años visitará el viernes Arabia Saudita. Su avión presidencial hará un vuelo directo sin precedentes entre Israel y el conservador reino del Golfo, que no reconoce al Estado hebreo.
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Pero antes de eso, Biden se reunirá con autoridades israelíes para reforzar la cooperación contra Irán, así como con dirigentes palestinos frustrados por considerar que Washington no frenó la agresión israelí. Irán e Israel eran aliados cuando Biden visitó la región por primera vez, en 1973 siendo senador, pero ahora Teherán es su principal amenaza.
El primer ministro Yair Lapid, quien llegó al cargo hace dos semanas, afirmó que las conversaciones con Biden “se enfocarán primordialmente en el tema de Irán”. Las fuerzas armadas israelíes mostrarán al mandatario su nuevo sistema Iron Beam, un láser antidrones que considera crucial para contrarrestar a los drones de Irán.
Israel insiste en que hará lo que sea necesario para contener las ambiciones nucleares iraníes, y se opone firmemente a la restauración del acuerdo nuclear del 2015 que alivió las sanciones contra Teherán.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, respondió este miércoles que el viaje de Biden no aportará seguridad a Israel. “Si las visitas de los funcionarios estadounidenses a los países de la región son para fortalecer la posición del régimen sionista y normalizar sus relaciones con algunos países, sus esfuerzos no brindarán seguridad” a Israel, dijo en un comunicado.
16.000 policías
Israel se encuentra inmersa en el estancamiento político antes de las elecciones del 1.º de noviembre, su quinta elección en menos de cuatro años. Además de los dirigentes israelíes, Biden se reunirá el jueves con el jefe de la oposición, Benjamin Netanyahu.
La Policía desplegará al menos 16.000 agentes durante la visita y muchas carreteras quedarán cerradas en Israel y Jerusalén, cuyo centro rastrillan las fuerzas del orden. En la calle King David en Jerusalén, donde se alojará Biden, se colocaron banderas estadounidenses para celebrar la primera visita de un mandatario de ese país luego de la del republicano Donald Trump en el 2017.
Tras su llegada al poder, Biden no revirtió la polémica decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Los palestinos consideran que Jerusalén Este, anexada por Israel, es su capital y, antes de la visita, acusaron a Biden de incumplir su promesa de volver a convertir a Estados Unidos en un mediador imparcial en el conflicto.
“Solo escuchamos palabras vacías y nada de resultados”, reclamó Jibril Rajoub, un dirigente del movimiento secular Fatah, del presidente palestino Mahmud Abas. El consejero para la Seguridad Nacional estadounidense Jake Sullivan aseguró el lunes que Washington restableció “vínculos diplomáticos casi cortados” con los palestinos, y se refirió a un apoyo financiero recuperado y un apoyo “sin equívoco” a una solución de “dos Estados”, palestino e israelí.
Biden se reunirá el viernes con Abas en la ciudad de Belén, en Cisjordania ocupada, pero no se espera ningún gran anuncio para revivir el proceso de paz.
Normalización
Los vínculos de Washington con los palestinos se tensaron en mayo con la muerte de la destacada periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, cuando cubría una incursión del Ejército israelí en Cisjordania ocupada. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) determinó que la reportera palestino—estadounidense murió por disparos israelíes, aunque Washington aseguró que no hay evidencia de que la muerte fuera intencional.
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La administración de Biden invitó a ir a Washington a la familia de la periodista “para mantener una reunión y tener un contacto directo” con el Secretario de Estado Antony Blinken, dijo el miércoles el asesor Jake Sullivan. El gobierno estadounidense “está muy involucrado en determinar exactamente lo que ocurrió en torno a las trágicas circunstancias de su muerte”, aseguró.
La familia de la periodista palestino—estadounidense, que dijo estar “indignada” por la respuesta del Gobierno estadounidense, solicitó reunirse con Biden durante su viaje a Israel. En tanto, el viaje de Biden a Arabia Saudita es considerado como parte del esfuerzo por estabilizar los mercados petroleros, sacudidos por la guerra en Ucrania, al acercarse a un país que durante décadas fue aliado estratégico de Estados Unidos y un importante abastecedor de crudo.
Israel espera que esa visita también sea el inicio de sus relaciones diplomáticas con Riad. Con ayuda estadounidense, Israel amplió su alcance regional en el 2020 al formalizar las relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, tras sus acuerdos de paz de 1994 con Jordania y de 1979 con Egipto.
Aunque no se espera que Arabia Saudita reconozca a Israel en el futuro inmediato, un alto cargo israelí indicó el martes que la visita de Biden es un paso importante.