Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cantó victoria demasiado pronto la última vez que la pandemia de covid amagó con llegar a su fin; ahora, parece que se está tardando.
El demócrata, elegido bajo la promesa de derrotar la pandemia, está en una posición cada vez más difícil a medida que la variante ómicron, en franco retroceso, tienta a los estadounidenses a soñar con un regreso a la vida normal.
LEA MÁS: Covid-19 en América: Bajan casos pero suben muertes en varios países
Varios estados controlados por republicanos actúan desde hace tiempo como si la covid hubiera terminado, aún cuando los hospitales siguen repletos enfermos y moribundos. Pero ahora, con los casos finalmente cayendo en picada, los aliados de Biden empiezan a aliviar las restricciones.
Estados con gobiernos demócratas como California, Illinois, Nueva Jersey, Nueva York, Oregón o Rhode Island, anunciaron el fin o la flexibilización del uso de mascarillas. ¿Y Biden? Aún espera la última palabra de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), que todavía pregona el uso del barbijo.
"En este momento, seguimos recomendando usar máscaras en áreas de transmisión alta y sustancial; actualmente eso es en gran parte del país, en lugares públicos cerrados", dijo el miércoles a los periodistas la directora de los CDC, Rochelle Walensky.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, defendió la cautela de Biden. “Como gobierno federal, tenemos la responsabilidad de confiar en los datos, en la ciencia”. “Él tomará la decisión en base en lo que aconseje el CDC”, dijo a los periodistas.
La Casa Blanca insiste en que Biden se guía por hechos médicos, contrario a los repetidos intentos por minimizar la crisis e ignorar las advertencias científicas de su predecesor, el republicano Donald Trump. Pero el mandatario tiene muy presente su declaración prematura de victoria que emitió el verano boreal pasado, cuando el coronavirus parecía estar bajo control y la campaña de vacunación avanzaba a paso fuerte.
En efecto, llegó al punto de declarar a la fiesta nacional del 4 de julio como el “día de la independencia de la covid-19″ y ofreció un asado en la Casa Blanca para 1.000 invitados. No contaba con que la nueva y aterradora variante delta se afianzaba y que ómicron, todavía más transmisible, estaba en la cola.
Desde ese entonces, otros cientos de miles de estadounidenses se sumaron a la lista de muertos por covid. Hoy, el promedio de casos diarios en una semana bajó 44% respecto de los siete días previos, según los CDC, y el promedio de hospitalizaciones bajó casi 25%.
Esos número llevan a muchos políticos pedir escuchar a los electores y no solo a los científicos. “Tenemos que aprender a vivir con la covid conforme transitamos de una pandemia hacia una fase endémica”, sostuvo el lunes el gobernador demócrata de Nueva Jersey, Philip Murphy, al anunciar el fin inminente del uso obligatorio de mascarillas en niños en edad escolar.
Psaki aseguró que la Casa Blanca entiende ese tipo de solicitudes. “Reconocemos que la gente está harta de la pandemia. Apuesto a que todos ustedes lo están. Claramente yo lo estoy”, dijo. Pero “nuestro enfoque sigue siendo que todos nos guiemos por los CDC y sabemos que usar mascarillas reduce la transmisión de manera efectiva”, aseveró.
LEA MÁS: Joe Biden aborda ola criminal con alcalde de Nueva York