Kiev. El jefe de la diplomacia estadounidense instó este miércoles al presidente ruso, Vladimir Putin, a optar por la “vía pacífica” en la crisis de Ucrania, dos días antes de un cara a cara diplomático ruso-estadounidense.
Antony Blinken, quien se reunirá con su par ruso Serguéi Lavrov el viernes en Ginebra, también anunció que en ese encuentro no brindará la respuesta por escrito a una serie de exigencias rusas, pese a la insistencia por parte de Moscú.
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Rusia ha desplegado decenas de miles de efectivos militares en su frontera con Ucrania, lo que hace temer una invasión. Aunque niega cualquier intención bélica, el Kremlin insiste en que una desescalada requiere garantías para su seguridad, en particular el compromiso de no ampliar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este, integrando a Ucrania.
El secretario de Estado norteamericano, quien se reunió este miércoles con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski y su homólogo Dmitro Kuleba, indicó que la pelota se encuentra ahora en el tejado de Rusia. “Yo espero firmemente que podamos mantenernos en una vía pacífica y diplomática, pero en última instancia, esta es una decisión del presidente Putin”, afirmó.
‘Tiempos difíciles’
Washington anunció además “una ayuda de $200 millones adicionales para defensa y seguridad” de Ucrania, lo que seguramente irritará a Rusia, que puede verlo como una amenaza. El presidente Zelenski, que suele lamentar una aparente falta de compromiso occidental con su país frente a Rusia, agradeció este miércoles a Estados Unidos por su “ayuda militar” en “tiempos difíciles”.
Tras su visita a Kiev, el jefe de la diplomacia estadounidense es esperado el jueves en Berlín para discutir con Alemania, Francia y el Reino Unido. Y, sobre todo, el viernes, Blinken debe reunirse con su par ruso en Ginebra, para intentar reanudar el diálogo.
El Kremlin exigió nuevamente este miércoles respuestas por escrito “en los próximos días” a sus demandas, en particular en lo que concierne a la no ampliación de la OTAN. Blinken, por su parte, subrayó que no presentará “ningún documento” escrito. “Tenemos que ver dónde estamos situados y si hay aún oportunidades”, señaló.
Moscú ha subrayado que sus demandas no son negociables y Estados Unidos considera las principales como inaceptables. El jefe de la diplomacia ucraniana dijo esperar que las conversaciones en Ginebra desemboquen en un “comportamiento menos agresivo y más constructivo por parte de Rusia”.
Tras una ronda de conversaciones la semana pasada, rusos y occidentales, con los estadounidenses al frente, constataron la brecha que los separa de Rusia. Blinken reafirmó este miércoles que Estados Unidos y sus aliados impondrán “consecuencias muy severas” a Rusia en caso de una invasión o agresión a Ucrania. Moscú quitó importancia a estas amenazas.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sostuvo su apoyo a Zelenski “ante la amenaza de Rusia”. Para superar estas tensiones, el Kremlin exige, además de un acuerdo que prohíba toda ampliación de la OTAN, que los occidentales renuncien a organizar ejercicios y despliegues militares en Europa del Este.
Rusia es considerada, pese a sus negativas, como la patrocinadora de los combatientes prorrusos en guerra contra Kiev desde hace ocho años en el este ucraniano. Moscú acusa regularmente a Kiev de querer lanzar un asalto en esta región, algo que su ministro de Exteriores niega.
Ucrania “no prevé ninguna operación ofensiva” contra los separatistas prorrusos, comentó el ministro, asegurando que desea “una solución política” de las tensiones. El miércoles, los separatistas prorrusos acusaron a Kiev de mantener las tensiones para ganarse el apoyo de Occidente.
“A Ucrania le interesa mantener esta situación inestable porque atrae la atención de sus socios occidentales, gana peso político y apoyo financiero”, mencionó Natalia Nikonorova, la jefa de la diplomacia de la autoproclamada república secesionista de Donetsk.
‘Paz y tranquilidad’
En la ciudad de Donetsk, uno de los feudos separatistas cercanos al frente, grandes carteles patrióticos prorrusos han sido desplegados en los viejos edificios soviéticos en ruinas: “Gloria a los guerreros de la liberación” o “Somos el Donbas ruso”, en referencia a esa región separatista ucraniana.
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“Las conversaciones son buenas, al menos no es la guerra”, señaló Alexéi Bokarev, un minero jubilado de 77 años. “¿Cómo va a terminar todo esto? Eso no lo sabe nadie, pero el hecho es que (...) todo el mundo está interesado en esta cuestión, por la paz y la tranquilidad”, afirmó.
Rusia dice que se siente amenazada por el fortalecimiento de la OTAN en Europa oriental desde la caída de la URSS. Como respuesta a una revolución prooccidental en Ucrania, Rusia anexó la península de Crimea en 2014.