Los electores en Brasil irán a una segunda vuelta electoral luego del triunfo este domingo del expresidente brasileño de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores, quien se impuso en primera ronda sobre su principal rival, el actual presidente Jair Bolsonaro del Partido Liberal, según el recuento oficial del Tribunal Superior Electoral de Brasil.
Si bien los primeros conteos empezaron dándole ventaja al actual mandatario, las cifras luego se revirtieron pero sin que Lula lograra alcanzar los votos necesarios para asegurar su reelección en la primera ronda.
En Brasil, cualquier aspirante asciende a la silla presidencial si amarra el 50% más uno del total de votos emitidos. Ello habría evitado una segunda vuelta a las urnas electoral ahora prevista para el próximo 30 de octubre.
El presidente Bolsonaro aseguró 50.9 millones de votos a su favor frente a 56.8 millones para Lula con 99,5% de papeletas escrutadas hasta las 6:45 p.m. de Costa Rica; según datos de esa autoridad electoral divulgados en línea. Esto daba a Lula 48,31% de los votos contados hasta ese momento frente a 43,30% para Bolsonaro.
De una población de 212 millones de personas, había 156 millones listados por el Tribunal aptos para emitir su voto este domingo.
La votación comenzó el domingo temprano en la economía más grande de América del Sur, plagada de enormes desigualdades y violencia, donde los votantes debían inclinarse entre el titular de extrema derecha Bolsonaro y el favorito de izquierda Lula da Silva.
En su primer discurso tras confirmar el resultado en las urnas, Lula procuró disipar el desánimo entre sus bases tras la expectativa de la victoria en la primera vuelta y aseguró que ‘la lucha continúa, hasta la victoria final’.
Reacciones
“Nunca he ganado una elección en primera vuelta, todo lo que he ganado ha sido en segunda vuelta. Lo importante es construir una gama de alianzas. Esto para nosotros es solo una extensión”, expresó quien fuera el 35.° presidente de la República Federativa del Brasil de enero de 2003 a diciembre del 2010 en su primer discurso luego de la jornada en un discurso reproducido por medios de prensa locales y extranjeros.
Con aspecto cansado y la voz ronca, el político insistió en que ahora era el momento de “volver a hacer campaña y salir a la calle, sin tiempo para descansar”.
“No siempre es posible. Hay una cosa en mi vida que me motiva, me estimula y me hace renacer cada día. Es la creencia de que nada sucede por casualidad. Vamos a ganar esta elección”, lanzó el exmandatario.
Según el expresidente, para evaluar la situación actual en Brasil, recordó hace cuatro años por el tiempo cuando estuvo en prisión y le impidieron postularse.
“Necesitamos recuperar este país, incluso desde el punto de vista de las relaciones internacionales. Será nuestra primera oportunidad de tener un debate cara a cara con el Presidente de la República”, dijo en referencia a Bolsonaro.
En una primera declaración tras los resultados, el presidente Bolsonaro dijo a medios de prensa brasileños que ve una sensación de cambio en el país pero que “los cambios pueden venir para peor”.
“Entiendo que hay mucho voto que fue por la condición del pueblo brasileño, que sintió el aumento de precio de los productos. En concreto, la canasta básica. Entiendo que hay un deseo de cambio por parte de la población, pero hay ciertos cambios que pueden venir a peor”, lanzó.
Además, manifestó apertura a hablar con los candidatos que no pasaron a la segunda vuelta, al referirse a un posible diálogo con la aspirante Simone Tebet y Ciro Gomes.
“Las puertas están abiertas para la conversación”, aseguró Bolsonaro quien atribuyó los resultados al impacto de la inflación en la popularidad de su gobierno.
Bolsonaro, un excapitán del ejército de 67 años, centró su estrategia de campaña en los valores morales como la familia y la Biblia, un discurso patriótico y los ataques a su adversario, al quien se refiere como el “ladrón”.
El mandatario sí mantiene un sólido apoyo entre los evangélicos, que representan un tercio del electorado, el agronegocio y parte de los sectores populares que no perdonan al PT de Lula sus escándalos de corrupción.
El ultraderechista había atacado en sus mitines las encuestas: aseguró que la temperatura electoral había que tomarla en las calles, y que en ese caso iba a ganar de sobras. Hace dos semanas expresó que sería “anormal” no ganar por 60% en la primera vuelta.
Su mandato, sin embargo, estuvo marcado por su criticada gestión de la pandemia que dejó 686.000 muertos, un repunte de la pobreza, niveles sin precedentes de deforestación en la selva de la Amazonía y ataques virulentos contra las instituciones judiciales brasileñas y la prensa.
Sexto intento
Esta es la sexta vez que Lula se postula para ser presidente. En 1989, en la primera elección directa del país luego de la redemocratización, el este extrabajador de la industia metalúrgica fue derrotado en segunda vuelta por Fernando Collor del Partido De Reconstrucción Nacional (PRN) por poco más de cuatro millones de votos (53% a 47%).
En las dos elecciones siguientes —primero contra Aloizio Mercadante (hoy su coordinador del plan de gobierno) y luego con Leonel Brizola (PDT) como diputado— fue superado en primera vuelta por Fernando Henrique Cardoso Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). La primera victoria llegó en 2002 cuando superó a José Serra (PSDB), seguida de la reelección frente a Geraldo Alckmin.
Bolsonaro fue elegido presidente en el 2018 en la primera contienda a la cual se postuló, y trata de mantener una rutina política desde la redemocratización de Brasil: todos los candidatos a la reelección han salido hasta ahora ganadores como fue el caso de Fernando Henrique Cardoso, el propio Lula y Dilma Rousseff.