Brasilia. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, abrió este miércoles un desfile militar en Brasilia que dio inicio a los festejos por el bicentenario de la Independencia, bajo un clima de tensión a menos de un mes de las elecciones.
“Salgan a las calles, todavía tienen tiempo, vestidos de verde y amarillo”, los colores de la bandera brasileña, lanzó el mandatario ultraderechista antes del arranque de los actos en declaraciones a TV Brasil.
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“Lo que está en juego es nuestra libertad, nuestro futuro”, agregó, en alusión velada a los comicios del 2 de octubre. La oposición ha acusado a Bolsonaro de “usurpar” la fiesta nacional con fines electoralistas.
El año pasado, el día de la Independencia estuvo marcado por manifestaciones proBolsonaro, con consignas golpistas y con el mandatario jurando que “solo Dios” podía sacarlo del poder. Las encuestas lo muestran sin embargo detrás del expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones más polarizadas en la historia reciente de Brasil.
“El 7 de septiembre inevitablemente tendrá una gran connotación política, porque estamos en la recta final de la campaña”, dijo a la AFP Paulo Baia, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
La jornada “puede verse empañada por episodios de violencia, porque ha sido muy tensa desde el principio”, añadió, especialmente con los cuestionamientos de Bolsonaro a la fiabilidad del voto electrónico vigente en Brasil. El presidente chino, Xi Jinping, y su par ruso, Vladimir Putin, enviaron este miércoles mensajes de felicitaciones al gobierno de Brasil por el bicentenario.
En Rolls Royce con la primera dama
Escoltado por un tanque, Bolsonaro llegó al desfile en el clásico Rolls Royce presidencial negro, con la banda presidencial en el pecho, y acompañado de la primera dama, Michelle Bolsonaro y varios niños.
El mandatario y su esposa sonreían y saludaban al público, a medida que avanzaban por la Explanada de los Ministerios. Luego Bolsonaro bajó del vehículo y siguió a pie saludando de cerca a miles de personas apostadas para seguir el desfile militar, al que se sumaron varios tractores de seguidores bolsonaristas.
“¡Mito, mito!”, gritaban sus seguidores, que dieron ese apodo al ultraderechista. El desfile militar, que fue cancelado en el 2020 y el 2021 por la pandemia, se desarrollaba bajo un esquema de seguridad excepcional.
Una manifestación a favor de Bolsonaro comenzará más tarde en Brasilia a la 1 p. m. Por la tarde, todos los focos estarán puestos en Rio de Janeiro y su playa de Copacabana, uno de los puntos turísticos más emblemáticos de Brasil.
Tradicionalmente, el desfile militar en Rio tiene lugar a unos 15 kilómetros, en la avenida Presidente Vargas, en el centro de la ciudad. Pero el jefe de Estado insistió en que este año los soldados marcharan en el lugar donde suelen tener lugar las manifestaciones bolsonaristas. No habrá blindados cerca de la playa, sino buques de guerra en el océano y aviones militares en el cielo, así como demostraciones de paracaidistas.
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Discurso más moderado
Bolsonaro tiene previsto saludar a una multitud de motociclistas que programaron una procesión a Copacabana, y luego arengará a los manifestantes en una gran plataforma alquilada por pastores aliados de poderosas iglesias evangélicas.
Los magnates de la agroindustria también contribuyeron financieramente con la organización de actos en el país, según la prensa local. Se llevó a cabo una intensa campaña en las redes sociales para reunir al mayor número de manifestantes posible y los ‘youtubers’ bolsonaristas lanzaron llamamientos a donaciones en línea.
Bolsonaro espera “una gran demostración de fuerza para retener a sus votantes, pero también para seducir a otros que están más en el centro”, dijo Paulo Baia.
Para no espantar a electores moderados, el jefe de Estado pidió a sus más entusiastas seguidores que eviten las pancartas y consignas que exigen una intervención militar para cerrar el Supremo Tribunal Federal (STF), que abrió varias investigaciones contra Bolsonaro, especialmente por difundir informaciones falsas.
Bolsonaro moderó un poco su discurso en las últimas semanas, aunque el sábado llamó “marginal” al juez del STF Alexandre de Moraes, uno de sus blancos favoritos.
Según la última encuesta del instituto Datafolha, publicada la semana pasada, Lula mantiene una cómoda ventaja, con un 45% de intención de voto, frente al 32% de Bolsonaro, aunque la brecha se redujo en las últimas semanas.