Ciudad de Guatemala. El candidato a la Presidencia de Guatemala Alejandro Giammattei, uno de los favoritos para los comicios del domingo, prometió resucitar la pena de muerte, combatir la pobreza para frenar la migración a Estados Unidos y acabar con la “maldita y asquerosa” corrupción.
“Esa maldita y asquerosa corrupción que nos ha robado mucho, la seguridad, el empleo, la educación y salud, pero principalmente nos ha robado hasta el sueño de creer que podemos cambiar el país”, afirmó en una entrevista con la AFP.
Su defensa de la pena capital la sustenta en que “es constitucional; si las leyes están, hay que cumplirlas”. Ese castigo se mantiene en suspenso desde el 2000.
Sentado frente a un escritorio en la sede de su campaña en la capital, dijo que erradicar la corrupción es uno de los cinco pilares del “plan nacional de innovación” del partido derechista Vamos, que lo postula.
También contempla la generación de empleo, el desarrollo de la educación, salud e infraestructura, el combate a la desnutrición crónica en niños menores de cinco años, la gobernabilidad y la seguridad, así como atraer inversión extranjera.
Para lograr su cometido, este médico, de 63 años, que usa muletas tras sufrir esclerosis múltiple hace 40 años, propone un gobierno “totalmente abierto, fiscalizado socialmente y apoyando todas las acciones de las entidades encargadas de perseguir a todas aquellas personas que hagan mal uso de los recursos del Estado”.
Según las encuestas de intención de voto, Giammattei se ubica en el segundo lugar por debajo de la aspirante socialdemócrata Sandra Torres. Si en las urnas se confirma esta tendencia, ambos disputarán un balotaje en agosto.
El domingo, al menos ocho millones de ciudadanos están habilitados para elegir al presidente de la República, 160 diputados al Congreso, 340 alcaldes y 20 representantes al Parlamento Centroamericano.
Cárcel y seguridad
Estuvo más de 10 meses en prisión en el 2010 tras ser acusado de la ejecución de siete reos en una prisión en 2006 cuando fue director del sistema penitenciario, pero quedó en libertad porque la fiscalía no pudo comprobar su participación en el caso.
En su libro Relato de una injusticia, publicado en el 2012, Giammattei cuenta que la “la cárcel es una amarga experiencia que, sin lugar a dudas, ejerce grandes cambios en las personas” y a ver “la vida desde una perspectiva diferente”.
Crítico de Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), adscrita a Naciones Unidas, que combate la impunidad y la corrupción en el país desde el 2006, el político estima que esa entidad “se acabó”, pues en todos estos años solo logró 10 condenas y no hizo transferencia de capacidades a fiscales ni tecnificiación.
“Se quedaron cortos, hizo cosas buenas y cosas malas, pero hay que reconocer que realmente tenemos problemas y tenemos que pedir asistencia” a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos para la pesquisa criminal y a Israel para adecuar los sistemas de inteligencia.
Padre de tres hijos y separado de su esposa, Rosana Cáceres, Giammattei se manifestó en contra del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, y señaló que no impulsará reformas constitucionales “para adecuarnos a una agenda globalista”.
Indicó que un eventual gobierno suyo combatirá “con tetosterona” la inseguridad y el narcotráfico, el crimen organizado y las temibles maras, en tanto impulsará una ley de terrorismo porque “las organizaciones de pandillas son terroristas y tienen que ser tratadas como tales”.
Para contener la inseguridad que deja unos 4.500 muertos cada año, uno de los índices más altos de Latinoamérica, aseguró que creará un consejo nacional de seguridad integrado por cinco instituciones para encargarse de la inteligencia, la investigación y la persecución penal.
Como parte de su estrategia de seguridad, pretende resucitar la pena de muerte, la cual está en suspenso desde el 2000 por un vacío legal. "La aplicación de la pena de muerte está, es constitucional, si las leyes están, hay que cumplirlas", aseveró.
También propone que los presos trabajen en las cárceles fabricando escritorios para escuelas, placas para los carros, ropa de cama, toallas y almohadas para todos los hospitales.
Reto de la migración
La migración hacia Estados Unidos continuará porque es un problema “estructural” debido a la pobreza, aunque construyan muros y envíen soldados a la frontera (con México) para desanimar a las personas a buscar el “sueño americano”, afirmó.
Miles de guatemaltecos se aventuran a cruzar México para llegar a Estados Unidos alegando huir de la pobreza y la violencia, problemas comunes en el norte centroamericano donde operan las temidas pandillas y grupos del narcotráfico.
"Hay quienes creen que hay que levantar un muro de 22 metros de alto y 1.265 kilómetros de largo para poder frenar la migración y no la frena, si no se pasan por arriba, se pasan para abajo", agregó, en alusión a la propuesta estadounidense para cercar su frontera con México.
Giammattei aseguró que el sur de México y el occidente de Guatemala tienen “los mismos problemas, como altos niveles de pobreza; por ello hay que desarrollar un proyecto binacional en donde podamos impulsar el crecimiento” de esa regiones.
"No necesitamos soldados (en las fronteras), necesitamos inversión y vamos a proponer la creación de un banco de inversión binacional que se dedique única y exclusivamente al desarrollo de la zona fronteriza de Guatemala y México", insistió.
Sostuvo que en la zona fronteriza “hay ausencia del Estado, en el caso de nosotros es tierra de nadie donde se cultiva la amapola”, materia prima para el opio y la heroína.