Minsk. Policías antidisturbios detuvieron el sábado a centenares de opositoras durante una manifestación de mujeres en Minsk contra el presidente Alexánder Lukashenko.
Entre los agentes antidisturbios, los había con uniformes negros y pasamontañas, otros con uniformes color caqui sin distintivos, y otros vestidos de civil y con mascarillas.
La Policía bloqueó a las manifestantes, que entrelazaron sus manos. Los agentes procedieron entonces a llevárselas a rastras hacia las furgonetas, según un periodista de la AFP.
Unas dos mil mujeres tomaron parte en la manifestación, muchas blandiendo banderas rojiblancas, el emblema de la protesta. El lema de la convocatoria era “La marcha chispeante”, y las asistentes iban vestidas con ropa brillante.
La oposición bielorrusa ha convocado varias marchas de mujeres para pedir la dimisión del presidente Lukashenko, tras los controversiales comicios de agosto que dieron la victoria al gobernante con un 80% de los votos.
La oposición bielorrusa, acosada por el régimen, que ha detenido o expulsado a muchos de sus líderes, ha convocado varias manifestaciones de mujeres.
La rival opositora de Lukashenko, Svetlana Tijanóvskaya, reivindicó la victoria en las votaciones presidenciales del mes de agosto.
Tijanóvskaya elogió a las "valientes mujeres de Bielorrusia" mediante un comunicado antes de esta nueva protesta. su controvertida reelección el mes pasado.
Su rival opositora, Svetlana Tijánovskaya, reivindicó su victoria en los comicios.
La presunta violencia policial y tortura de los detenidos en las manifestaciones que estallaron tras las elecciones llevó al Parlamento Europeo a pedir sanciones contra Lukashenko y otros miembros de su régimen.
En un comunicado publicado antes de la protesta, Tijánovskaya, que se refugió en Lituania, elogió a las “mujeres valientes de Bielorrusia”.
“Se están manifestando a pesar de ser constantemente amenazadas y presionadas”, declaró.
Ellas contra el régimen
Las manifestantes corearon eslóganes como “¡Fuera, tú y tu policía antidisturbios!” y “¡Creemos que podemos ganar!”.
En una de las pancartas se podía leer “Nuestra protesta tiene rostro de mujer”, en referencia al título del famoso libro (La guerra no tiene rostro de mujer) de la Premio Nobel de Literatura bielorrusa Svetlana Alexiévich, quien ha apoyado la causa de la oposición.
Entre las detenidas el sábado figuraba Nina Baginskaya, una activista de 73 años que se ha convertido en uno de los rostros más conocidos del movimiento.
La Policía le confiscó la bandera y las flores que sostenía y la introdujo en una furgoneta, pero la liberó poco después frente a una comisaría.
Las autoridades detuvieron a tantas mujeres que se quedó sin furgonetas disponibles, por lo que tuvo que soltar a una decena.
Algunas participantes lograron escapar y se refugiaron en un salón de manicura cercano, según el portal de noticias Tut.by.
Numerosas ambulancias acudieron a atender a varias mujeres que se sintieron mal tras haber sido detenidas. La Asociación de Periodistas bielorrusa señaló que un reportero fue aprehendido y tenía la nariz rota.
El grupo de defensa de derechos humanos Viasna publicó una lista en Internet con los nombres de 328 mujeres detenidas en Minsk.
Una portavoz policial, Olga Chemodanova, aseguró -por su parte- que se dará un balance de detenciones el domingo.
La protesta se produjo en un momento en el que la oposición convocó manifestaciones para el domingo y antes de una reunión el lunes de Tijánovskaya y los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea en Bruselas.
Las protestas de mujeres en Bielorrusia comenzaron después del uso de violencia extrema por parte de Lukashenko contra manifestantes detenidos.
Las mujeres formaron cadenas humanas y marcharon por Minsk y otras ciudades, vestidas de blanco y llevando flores, en pacíficas manifestaciones que la policía inicialmente permitió.
La semana pasada, varias decenas de mujeres fueron detenidas con violencia durante una protesta similar.
Alexánder Lukashenko, que dirige la exrepública soviética desde 1994, advirtió la semana pasada sobre una posible “guerra” con algunos países vecinos y ha acudido a Rusia en busca de apoyo, tras haber rechazado dimitir.