Santiago. Uno de los grandes escollos para que el gobierno del presidente Sebastián Piñera y la oposición coincidan en un camino para sacar a Chile de la convulsión social radica en la fórmula para redactar una nueva Constitución.
El Partido Renovación Nacional, de la coalición oficialista, y el centrista Partido Demócrata Cristiano coincidieron este miércoles en que “queda poco tiempo” para llegar a un acuerdo.
Las sucesivas ofertas del gobierno de leves mejoras sociales, un cambio parcial de gabinete y mayores medidas de seguridad para controlar los desórdenes que manchan las multitudinarias protestas diarias no han logrado, hasta ahora, aquietar las aguas en Chile. Desde el inicio de las protestas han muerto 20 personas, según cifras oficiales.
Cerca de la medianoche del martes, Piñera exhortó al país a alcanzar un acuerdo nacional sobre la paz interior, la justicia y una nueva Carta Magna que reemplace a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
LEA MÁS: Oposición de Chile exige convocar una Asamblea Constituyente
La académica Jenny Pribble, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Richmond, Estados Unidos, dijo a The Associated Press que “la oposición tendrá que moverse rápidamente para negociar un plan y llegar a la solución que han propuesto. Cada día que pase hace que la resolución sea cada vez más difícil”.
El senador oficialista Francisco Chahuán manifestó que “hay poco espacio para que la interpelación que ha hecho el presidente se concrete en un acuerdo político” y recordó que el jueves es el primer aniversario del asesinato a manos de la policía de un joven indígena mapuche que en su momento generó múltiples protestas. “Mañana será un día complejo” porque hay múltiples movilizaciones convocadas, agregó.
“Yo creo que estamos sobregirados en el tiempo. Creo que debe ser hoy o mañana” el alcance de un acuerdo, afirmó el presidente de uno de los partidos de la coalición de gobierno, Mario Desbordes.
Los políticos de la oposición señalaron que están dispuestos a trabajar en los primeros dos acuerdos, pero el último los separa del oficialismo.
El gobierno se aferra a su propuesta de que la nueva constitución sea redactada por el Congreso, es decir, por los parlamentarios en ejercicio –que están muy desprestigiados ante la opinión pública– y que luego sea ratificada en un plebiscito. Pero la oposición exige la conformación de una Asamblea Constituyente integrada sólo por ciudadanos electos y con un plebiscito previo sobre los temas y mecanismos de la nueva Carta Magna.
Reforma constitucional
Felipe Meléndez, abogado constitucionalista y director de la Escuela de Derecho de la Universidad Mayor, afirmó que técnicamente la Constitución no contempla una convención ni una la Asamblea Constituyente, lo que obligaría a una reforma constitucional que necesita los dos tercios de los votos del Congreso para ser aprobada. Reunir los sufragios requeriría de un acuerdo político.
Meléndez agregó que es probable que el gobierno acceda a crear una convención constituyente, que también requiere para su aprobación de los dos tercios del Congreso, que estaría conformada “tanto por parlamentarios como por ciudadanos electos”.
Asimismo, recordó que el mecanismo de la convención fue el propuesto por la expresidenta Michelle Bachelet en un proyecto para reformar la constitución que envió al Congreso cinco días antes de dejar el poder. Su gobierno recopiló información recogida en 203.000 cabildos ciudadanos realizados en todo el país.
LEA MÁS: Piñera anuente a reformar la Constitución para frenar crisis social en Chile
Tanto el plebiscito antes del cambio constitucional o después para aprobar la redacción de una nueva carta magna requieren de otra reforma.
Álvaro Elizalde, presidente del Partido Socialista, señaló que “es imprescindible un plebiscito para que la ciudadanía elija soberanamente el mejor mecanismo para su elaboración. Nosotros proponemos una Asamblea Constituyente”.
Chile vive una revuelta social sin precedentes desde el 18 de octubre cuando un alza en la tarifa del metro detonó incendios y ataques en la mayoría de sus estaciones y centenares de saqueos a supermercados seguidos por multitudinarias protestas por un amplio abanico de demandas que van desde mejoras en la educación, la salud y las pensiones hasta una nueva constitución.
El panorama era desolador el miércoles en varias ciudades chilenas, como Antofagasta y Calama, en el norte; Concepción y Osorno, en el sur, y Valparaíso, Viña del Mar y Santiago, en el centro del país. Un balance entregado por el general de la policía Enrique Monrás dijo que entre el martes y la madrugada del miércoles se registraron 348 eventos graves en el país, incluidos 95 saqueos y 19 ataques a cuarteles policiales, con un saldo parcial de 340 policías y 46 civiles heridos.
En tanto, una persona fue encontrada calcinada en el interior de un supermercado saqueado e incendiado la víspera en Arica, en el norte del país, informó este miércoles la fiscal regional Javiera López.