Washington. Los cuatro candidatos que se disputan dos escaños del Senado se miden en una reñida carrera que determinará el control de la Cámara Alta de Estados Unidos, y el margen de maniobra de Joe Biden, decidido a marcar una ruptura con Donald Trump.
La lucha enfrentan al republicano David Perdue, cuyo mandato en el Senado expiró el domingo, contra el demócrata Jon Ossoff; y la senadora Kelly Loeffler, una republicana nombrada para un mandato pendiente hace aproximadamente un año, contra el demócrata Raphael Warnock.
A la hora de cierre de este diario, con el 88% de los votos escrutados, los republicanos llevaban entre uno y dos puntos de ventaja a sus contrincantes demócratas.
Las elecciones se efectuaron un día antes de una sesión conjunta del Congreso para certificar el voto del Colegio Electoral y cimentar la victoria del presidente electo Joe Biden.
Los colegios electorales cerraron sus puertas la noche del martes a las 7 p.m. (6 p.m. hora en Costa Rica)
“Todo se juega hoy”, tuiteó horas antes el demócrata Biden, quien llegará a la Casa Blanca el 20 de enero.
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Si logran al menos uno de los dos escaños en juego, los republicanos mantendrán su mayoría en el Senado. “Esta elección va a ser muy reñida”, advirtieron por la tarde los dos senadores republicanos salientes, David Perdue y Kelly Loeffler.
Sin embargo, si los dos candidatos demócratas, Jon Ossoff y Raphael Warnock, ganan, la Cámara Alta será liderada por el bando de Joe Biden.
Más de tres millones de electores, de unos siete millones de inscritos, votaron con antelación, un récord para una segunda vuelta senatorial en Georgia.
Se gastó un total de $832 millones en la campaña, según el Center for Responsive Politics, un organismo independiente.
Una elección crucial
En el centro de Atlanta, un bastión demócrata, los votantes entraron en una iglesia luterana convertida en un colegio electoral.
“Creo que esta es la elección más importante de mi vida”, dijo Robert Lowe, un jubilado de 74 años que votó por los dos demócratas.
“Si no ganan los dos y los republicanos se quedan en el Senado, nada va a cambiar”, dijo este comediante retirado.
En Dalton, bastión conservador, Rony Haikal también consideró esta elección “realmente importante”. Pero en cambio, votó por los senadores republicanos.
“Literalmente podemos cambiar el futuro de este país”, dijo.
Signo de lo que está en juego, el presidente electo y el saliente estuvieron en terreno el lunes para darle voz a los temas.
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Estas elecciones podrían ser “su última oportunidad de salvar al Estados Unidos que amamos”, manifestó ante sus fieles el mandatario republicano, que se niega a reconocer su derrota dos meses después de las elecciones.
Su predecesor demócrata, Barack Obama, animó el martes por la noche a los votantes a mantenerse en línea para votar. “Vamos a terminar esto”, tuiteó.
Los dos candidatos senadores republicanos partieron como favoritos en la conservadora Georgia. Perdue quedó cerca del 50% frente a Jon Ossoff en la primera vuelta. Y, pese a que Warnock se adelantó a Loeffler en la primera votación, ésta podría beneficiarse de los apoyos de un rival republicano eliminado.
No obstante, los demócratas confían en ganar el Senado, impulsados por la estrecha victoria de Biden en Georgia el 3 de noviembre, la primera del partido en ese estado desde 1992.
Para ello necesitan una gran movilización de los electores afroestadounidenses, claves para los demócratas, y esperan que algunos republicanos moderados no vayan a votar, desalentados por todas las acusaciones de fraude.
Trump frente a sus seguidores
El Congreso se reunirá este miércoles para registrar formalmente los votos electorales conseguidos por Biden en las presidenciales de noviembre (306 contra 232).
Esa obligación constitucional es un mero trámite, pero la cruzada de Trump contra los resultados le otorgan a la jornada una tonalidad particular.
Aunque varios pesos pesados republicanos, incluido su líder en el Senado Mitch McConnell, admitieron la victoria de Biden, el presidente saliente aún puede contar con el apoyo de decenas de congresistas.
Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, esos parlamentarios prometieron expresar sus acusaciones de fraude en el Capitolio.
Los ojos estarán puestos en el vicepresidente Mike Pence que, según el protocolo, será el encargado de declarar ganador a Biden en la sesión bicameral.
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“El vicepresidente tiene el poder de rechazar a los votantes elegidos fraudulentamente”, tuiteó Trump. La Constitución no confiere al vicepresidente esas facultades.
Una gran manifestación de apoyo a Trump está prevista para el miércoles en la capital estadounidense y algunos de sus seguidores ya comenzaron a concentrarse allí.
El presidente saliente confirmó que hablará ante ellos el miércoles a las 11 a. m. desde la explanada ubicada al sur de la Casa Blanca.
Biden se ha abstenido en gran medida de comentar sobre esta presión sin precedentes en un día que suele ser una formalidad. El miércoles tiene previsto dar un discurso, que sin embargo, estará enfocado en la economía.