La reforma
La protesta inicial en Nicaragua tuvo como chispazo el anuncio del aumento del aporte de los trabajadores al Seguro Social (6,25% al 7% del salario) y de los empleadores (de 19% al 22,5% de los salarios de trabajadores). Sin embargo, se considera que la medida más polémica era la de quitarles a los jubilados 5% del monto de su pensión para cubrir el servicio que se les da. En Nicaragua hay alrededor de 200.000 pensionados y el monto de las pensiones oscila entre el equivalente a $300 y $500.
¿A quién responsabilizar de la crisis?
El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) está en crisis debido a mala administración de los recursos y a políticas populistas. Según el diario La Prensa y otros medios locales, con el dinero de la Seguridad Social se han llevado a cabo proyectos de inversión inútiles y destinados a favorecer a personas vinculadas al sandinismo, lo cual redunda en gastos que superan los ingresos.
Además, Ortega quiso imponer las reformas sin negociarlas con los empresarios, que hasta entonces lo habían apoyado. Por otra parte, algunos expertos señalan que estas reformas son ilegales pues deben ser aprobadas por el Congreso.
En defensa de la libertad
El gobierno del presidente Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, cometió el error que suelen cometer las dictaduras: decidió reprimir una pequeña protesta pacífica que surgió frente a tres universidades y con ello la hizo crecer. “Las protestas ya no son solo por las cuotas del Seguro Social, son contra un gobierno que nos niega libertad de expresión, libertad de prensa y de manifestarnos pacíficamente”, declaró Clifford Ramírez, un estudiante de Ciencias Políticas, a la agencia de noticias AFP.
El gigante despierto
Carlos Tünnerman, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y exembajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo, en declaraciones reproducidas por la cadena BBC, que Ortega no se ha dado cuenta que “despertó a un gigante dormido”, en alusión a barrios enteros que apoyan a los estudiantes.
Desgaste
Luego de 11 años ininterrumpidos en el poder, el desgaste de Ortega es visible. Durante años, el régimen tuvo el apoyo económico de Venezuela, pero este se perdió debido al grave desplome de ese país. Según expertos, el proceso electoral mediante el cual Ortega logró su última reelección también ha desgastado su popularidad, La actual Constitución no establece porcentajes de votos válidos para ganar la Presidencia. Solo se necesita la mayoría relativa de votos.
¿Hasta dónde llegarán?
Los estudiantes insisten en que mantendrán la protesta hasta ver al presidente Ortega fuera del poder, aunque no hay indicios, por ahora, de que el movimiento pueda conducir a un cambio político en el país. El director del semanario Confidencial, Carlos Fernando Chamorro, destacó que las protestas surgieron de manera espontánea y no tienen líderes visibles ni organizaciones responsables de su convocatoria.