Brasilia. Luiz Inácio Lula da Silva regresará por tercera vez al poder en Brasil, al imponerse por la mínima ante Jair Bolsonaro en la reñidísima elección presidencial de este domingo.
Con el 98,86% de los colegios electorales contabilizados, el exmandatario de izquierda resultó electo, al obtener el 50,83% de los votos. Su contrincante, el ultraderechista y actual presidente de Brasil, obtuvo el 49,17% de los sufragios.
Lula se impuso con una diferencia de menos de 2 millones de votos. A su favor se acreditaron 59,6 millones de votos. Por Bolsonaro votaron 57,6 millones de brasileños. Se trata de una ventaja sumamente ajustada, en un país de 215 millones de habitantes, según datos oficiales. El resultado es reflejo de una inmensa división en el gigante sudamericano.
Con dichas cifras, a las 8 p. m. locales (5 p. m. de Costa Rica) el Tribunal Superior Electoral de Brasil declaró que la elección quedó “matemáticamente definida”.
Democracia. pic.twitter.com/zvnBbnQ3HG
— Lula 13 (@LulaOficial) October 30, 2022
El conteo inició a las 2 p. m., hora de Brasil, y permaneció reñido hasta el final. Inicialmente, Bolsonaro aparecía a la cabeza con alrededor del 52% de los sufragios, pero conforme avanzó la noche se redujo su ventaja. Finalmente, Lula revirtió las cifras.
El ícono de la izquierda latinoamericana, de 77 años, iniciará su tercer mandato el 1.° de enero del 2023. Su primera declaración al conocerse los resultados la emitió en su cuenta oficial de Twitter, donde publicó una fotografía de su mano sobre una bandera de Brasil, con la leyenda “Democracia”.
El estallido de júbilo en la emblemática avenida Paulista de Sao Paulo, donde se reunieron miles de votantes de Lula, fue inmediato. “Brasil está volviendo a los carriles tras cuatro años de oscuridad, la población estaba sintiendo miedo y pasando muchos problemas”, dijo a la AFP Larissa Meneses, de 34 años.
Avenida Paulista, São Paulo 📸#ELEICOES2022 pic.twitter.com/FSG55sIrxb
— The Brazilian Report (@BrazilianReport) October 30, 2022
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envió una felicitación al presidente electo de Brasil, y alabó las elecciones del gigante suramericano, las cuales calificó como “libres” y “justas”.
En la primera vuelta, los sondeos subestimaron el potencial de Bolsonaro, quien finalmente acabó detrás solo por cinco puntos (43%-48%).
El presidente de 67 años ha lanzado mensajes contradictorios sobre si reconocerá los resultados en caso de derrota. El viernes aseguró que lo hará: “El que tenga más votos, gana”.
Unión de los más pobres y detractores de Bolsonaro
Lula, quien gobernó Brasil de 2003 a 2010, obtuvo el apoyo de los más pobres y de quienes se resintieron de las políticas y exabruptos de Bolsonaro, como los jóvenes, las mujeres y las minorías. Prometió “arreglar el país” impactado todavía por la crisis de la pandemia y sus 688.000 muertos.
“Para nosotros, el regreso de Lula es muy importante, trató de demarcar nuestras tierras, tenía proyectos”, dijo el chamán Saha da Silva, del grupo indígena sateré-mawé, que votó en su comunidad de Iranduba, a 80 km de Manaos, capital de la Amazonía.
Durante su campaña, el presidente electo destacó sus logros socioeconómicos, como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños gracias a iniciativas sociales financiadas con el ‘boom’ de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000. Tampoco lo tendrá fácil en el Congreso, donde los conservadores son mayoría.
Lula volvió al ruedo político el año pasado, después de que sus condenas por corrupción fueran anuladas por motivos procesales. Había estado preso 19 meses salpicado especialmente por el escándalo “Lava Jato” sobre una red de sobornos en la estatal Petrobras.
La campaña acentuó la polarización en el país, dividido entre un movimiento conservador y aquellos con una visión progresista, acorde con la diversidad social de Brasil.
Bolsonaro, un excapitán del ejército, buscó la reelección defendiendo los valores tradicionales y la reciente mejora de los datos económicos —ralentización de la inflación y caída del desempleo—, al tiempo que siguió insuflando un discurso nacionalista.
Un mensaje especialmente apreciado por el agronegocio y la población evangélica, que representa un tercio del electorado y sigue ampliándose en todo el país.
El nuevo presidente de Brasil asumirá las riendas de Brasil el 1 de enero.
Brian Winter, redactor en jefe de la publicación Americas Quarterly, previó un “gobierno débil” de Lula: “Estará bajo la lupa desde el primer día y hará frente a un Congreso hostil”, dijo.