Bogotá. El senador y exguerrillero Gustavo Petro ganó este domingo el balotaje y se convirtió en el primer presidente de izquierda de Colombia, de acuerdo al cómputo de votos informado por la autoridad electoral.
Petro se impuso con 50,51% de los votos sobre el millonario independiente Rodolfo Hernández (47,22%), con el 98,2% de los sufragios contabilizados. El ganador sucederá a Iván Duque, quien por ley no pudo presentarse a la reelección.
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Los dos aspirantes llegaron a esta histórica elección empatados en la intención de voto. Las votaciones cerraron a las 4:00 p.m. y comenzó el cómputo oficial de sufragios, que ya lleva el 98% de las mesas escrutadas.
Petro ganó la primera vuelta el 29 de mayo con el 40% de los votos frente al 28% de Hernández, en un castigo de los electores a las fuerzas que siempre han gobernado Colombia. “Quiero un mejor futuro para mí y para los demás. No creo que quien gane hoy sea bueno pero igual será un cambio”, aseguró Valentina Ríos, una animadora de 19 años, en Bogotá.
Hernández reconoce derrota
Tras confirmarse su derrota, Rodolfo Hernández reconoció los resultados por medio de una trasmisión en vivo por medio de su página oficial de Facebook, donde expresó sus mejores deseos a Petro, al cual le solicitó ser fiel a su discurso contra la corrupción.
“Colombianos, hoy la mayoría de los ciudadanos que votaron lo han hecho escogiendo al otro candidato (Petro), como lo expresé reiteradamente, acepto el resultado como debe ser si deseamos que nuestras instituciones sean firmes, sinceramente espero que esta decisión que han tomado sea beneficiosa para todos y que Colombia se encamine hacia el cambio”, manifestó Hernández.
Ruptura incierta
Alrededor de 39 millones de electores estaban convocados voluntariamente a las urnas en un ambiente altamente polarizado. “Los colombianos nunca se habían enfrentado a esto, no ir hacia donde el entusiasmo les señala sino hacia aquel que les hará menos daño”, señaló Michael Shifter, del centro de análisis Diálogo Interamericano.
Duramente reprimidas, las protestas del 2019, 2020 y 2021 reflejaron un malestar profundo frente a la desigualdad y falta de oportunidades, principalmente para los jóvenes, e impulsaron el declive del gobierno de Duque y más adelante el de las fuerzas tradicionales.
Con la pandemia se agravó la pobreza, que hoy alcanza al 39% de los 50 millones de colombianos. El desempleo ronda el 11% y la informalidad el 45%. También el narcotráfico y la violencia asociada, con varios grupos armados expandiéndose por el territorio, serán desafíos del próximo gobierno.
‘El menos peor’
No obstante, Petro y Hernández coinciden en que restablecerán relaciones con Venezuela, implementarán el acuerdo de paz del 2016 con las extintas FARC y buscarán dialogar con el Ejército de Liberación Nacional, la última guerrilla reconocida en el país.
“Ninguno de los dos es bueno, pero toca votar por el menos peor, y el menos peor es Rodolfo. El otro ha sido guerrillero y eso es lo que la gente joven no ve”, expresó Ruth Sepúlveda, un ama de casa de 54 años, en Bucaramanga. Ambos candidatos eligieron a mujeres con raíces afro para la vicepresidencia. La ambientalista Francia Márquez acompaña la fórmula de Petro y la académica Marelen Castillo la de Hernández.
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Ante el inminente giro, crecen las dudas. Sectores poderosos y de las Fuerzas Armadas resisten a Petro por su pasado y sus proyectos de reformas que, temen afecten a la propiedad privada y conduzcan al país hacia un socialismo fallido.
Con su gane, los militares deberán jurarle lealtad a exguerrillero en un país traumatizado por un conflicto de seis décadas con los rebeldes de ultraizquierda. También tiene una “personalidad que muchos asocian con intransigencia, terquedad y con un ego que limita el diálogo”, aseveró la politóloga de la Universidad Javeriana Patricia Muñoz.
Con Hernández, un político lenguaraz que se desdice con frecuencia, los colombianos temían que reinara la incertidumbre, ya que el magnate que promete erradicar la corrupción está llamado a juicio por irregularidades en un contrato firmado en su época de alcalde, que podría haberle impedido gobernar.