La Paz. La Unión Europea, Estados Unidos y tres naciones latinoamericanas alzaron la voz contra el presidente boliviano Evo Morales, reelegido en primera vuelta tras un cuestionado escrutinio, y le exigieron ir a balotaje con el opositor Carlos Mesa.
“Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos, junto a la comunidad democrática internacional, solo reconocerán resultados que reflejen realmente la voluntad del pueblo boliviano”, advirtieron los cuatro países en un comunicado este jueves.
En tanto, Mesa, quien confiaba que habría balotaje basado en los primeros cómputos rápidos de los comicios del domingo, acusó al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) de haber consumado un “fraude”.
"La decisión es clara, el MAS no quiere segunda vuelta y el MAS no quiere aceptar ninguna modificación de esta alteración vergonzosa y grosera del resultado de nuestro voto del pasado domingo", afirmó el exmandatario (2003-2005) el jueves en la noche.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), blanco de las críticas, escrutó hasta este viernes el 99,99% de los votos, dando la victoria a Morales con el 47,07%, frente al opositor Carlos Mesa con el 36,51% (10,56 puntos de diferencia).
La ley señala que un candidato gana en primera vuelta si obtiene al menos el 40% de los sufragios con 10 puntos de distancia sobre el segundo.
Horas antes de que los números oficiales le dieran el triunfo, Morales había proclamado su victoria: “Una buena noticia (...). Ya ganamos en la primera vuelta”.
Saludo de Venezuela y México
Venezuela, Cuba y México congratularon a Morales por haber ganado un cuarto mandato, pero la Unión Europea y la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionaron el escrutinio.
El bloque europeo y los observadores de la OEA pidieron la realización de una segunda vuelta para despejar las dudas sobre la transparencia del proceso.
La OEA encontró que fueron "vulnerados" varios de los principios de "certeza, legalidad, transparencia, equidad, independencia e imparcialidad" que deben regir toda elección.
La polémica se centra en la interrupción inesperada del conteo rápido de votos denominado TREP, que según los primeros resultados parciales la noche de la elección, el domingo, dejaba entrever una segunda vuelta, pero al ser reactivado un día después mostró un drástico e inexplicable cambio de tendencia en favor de Morales.
“La mejor opción sería realizar una segunda vuelta para restablecer la confianza y asegurar el respeto pleno de la elección democrática del pueblo boliviano”, dijo la vocera de la diplomacia europea, Maja Kocijancic, en un comunicado.
Críticas a observadores
Morales, quien cumple 60 años este sábado, expresó su malestar por el trabajo de los observadores de la OEA, insinuando que promovía un "golpe de Estado".
"No quiero creer que la misión de la OEA está con el golpe de Estado", dijo en una rueda de prensa.
El cuestionado escrutinio de las elecciones bolivianas fue tratado el miércoles y jueves por el Consejo Permanente de la OEA en Washington, donde La Paz defendió a capa y espada la limpieza de la votación y criticó a la misión observadora.
"El informe emitido no recoge la información con la ecuanimidad que corresponde a una misión de esta naturaleza", declaró el canciller boliviano Diego Pary.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, respaldó a los observadores y pidió a Bolivia esperar una auditoría de todo el proceso electoral, acordada entre La Paz y el organismo, para después proclamar ganadores.
Pero ninguna precisión sobre la fecha ni las condiciones de ese examen técnico se han comunicado hasta el momento.
Protestas violentas
Tras la difusión de los primeros resultados que descartaban un balotaje, la oposición y organizaciones civiles comenzaron el miércoles un paro parcial de actividades, con el objetivo de mantener la presión por una segunda vuelta.
Durante la semana fueron quemadas cinco oficinas electorales en ciudades del país, mientras activistas opositores mantienen un asedio en torno a las oficinas del TSE y han chocado con partidarios de Morales en La Paz, Santa Cruz (este), Cochabamba (centro) con saldo de dos heridos. En Potosí (suroeste) hay una huelga, mientras que en Tarija (sur) y Sucre (sureste) se reportaron marchas.
Morales también ha sacado a las calles a sus militantes, con masivas concentraciones, en La Paz y Cochabamba, y las pretende replicar en otras ciudades.
Como corolario de la tensión, un frente opositor se articuló en torno a Mesa, para exigir el balotaje y con la bandera de seguir con las protestas de manera indefinida.