Madrid. Iñaki Urdangarin, cuñado del rey de España, fue condenado este martes por el Tribunal Supremo a casi 6 años de cárcel, abocándolo a un probable ingreso en prisión en los próximos días por un caso de corrupción que manchó a la monarquía española.
Tras estudiar los recursos de Urdangarin, que pedía su absolución, y de la fiscalía, que demandaba aumentar la pena a diez años, el Supremo confirmó “en lo sustancial” la condena en primera instancia, dictando 5 años y 8 meses de cárcel para el exmedallista olímpico de balonmano.
Redujo, no obstante, la condena emitida en 2017 por un tribunal en Palma de Mallorca (Islas Baleares, este), de 6 años y 3 meses, descartando un delito de falsedad en documento público, pero reteniendo para Urdangarin los de malversación, prevaricación, fraude y tráfico de influencias.
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La Audiencia Provincial de Palma convocó para este mismo miércoles a Urdangarin y otros dos condenados en este caso, para comunicarles la sentencia. Previsiblemente les otorgará un plazo para su entrada voluntaria en prisión, que suele ser de 15 días.
Así, se acerca el fin de una saga judicial que estalló en 2010, en plena crisis económica, perjudicó la imagen de la monarquía española y contribuyó a precipitar la abdicación de Juan Carlos en su hijo Felipe VI, en junio de 2014.
El esposo de la infanta Cristina, hermana de Felipe VI, todavía puede intentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Si lo admite a trámite, el Constitucional podría en teoría dejar en suspenso la sentencia hasta tanto decida si se vulneraron sus derechos, aunque según su propia jurisprudencia esa decisión solo la toma con penas menores de cinco años de prisión.
Urdangarin, de 50 años, fue condenado en febrero de 2017 por el tribunal en Palma de Mallorca a seis años y tres meses de prisión, además de una multa de 512.000 euros, por hechos ocurridos en 2004-2006 en Baleares.
Se le acusó, junto a su exsocio, el empresario Diego Torres, de malversar en beneficio propio varios millones de euros donados por organismos públicos al Instituto Nóos, un ente sin ánimo de lucro que él presidía.
El Supremo rebajó la sentencia de Torres a 5 años y 8 meses, una reducción sensible de los 8 años y medio que recibió en primera instancia.
La infanta Cristina, que se convirtió en el primer miembro de la actual familia real en sentarse en el banquillo de los acusados, fue absuelta en el juicio.
No obstante, el Supremo confirmó su responsabilidad civil como beneficiaria de las ganancias obtenidas por su marido, y le impuso una multa de 136.950 euros (inferior a los 265.000 euros dictados en primera instancia), una suma que de todas maneras ya restituyó la infanta.
Los jueces permitieron hasta ahora a Urdangarin seguir viviendo con su mujer, de 51 años, y sus cuatro hijos en Ginebra, donde recalaron desde que salieron en 2013 de España.
La Casa Real, que tras el escándalo excluyó de todo acto oficial tanto a Cristina como a Urdangarin, se limitó este martes a manifestar su “respeto absoluto a la independencia del Poder Judicial”, según indicó una fuente de esa institución a la AFP.
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“La expectativa es que Urdangarin entre” en prisión, estimó Ana Romero, autora de varios libros sobre la monarquía, porque de los contrario “la reacción va a ser muy desfavorable y muy negativa para la Corona, porque la gente diría que no va por ser el cuñado del rey”.
En su sentencia de este martes, el Tribunal Supremo confirmó por otro lado la condena a 3 años y 8 meses al expresidente regional de Baleares Jaume Matas, que militaba en el Partido Popular.
La formación conservadora ha estado involucrada en una larga lista de escándalos de corrupción, la última de las cuales provocó hace diez días la caída del presidente del gobierno español Mariano Rajoy, reemplazado en el poder por el socialista Pedro Sánchez.