Ciudad de Guatemala. AP. El Congreso de Guatemala sesionó de urgencia ayer y aceptó la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti, quien dejó el puesto la víspera luego de ser vinculada a un escándalo de corrupción por un fraude millonario al fisco.
En una sesión ordinaria, 149 diputados ratificaron unánimemente la dimisión, que rige inmediatamente.
La imagen de mujer defensora de la transparencia que Baldetti quería mantener se derrumbó debido a varios hechos de corrupción en los cuales aparecía vinculada.
Sin embargo, el caso que le dio una estocada final llegó el 16 de abril, cuando la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y la Fiscalía desarticularon una red de defraudadores liderada por Juan Carlos Monzón Rojas , mano derecha y exsecretario privado de la vicepresidenta.
La Comisión, un organismo de las Naciones Unidas para investigar grupos paralelos incrustados en el Estado y la Fiscalía, determinó por medio de 66.000 escuchas telefónicas la forma en que la red recibía sobornos de empresarios para evadir al fisco.
El presidente Otto Pérez Molina fue el encargado de anunciar, el viernes, la dimisión de Baldetti, quien en la carta que entregó a la prensa dijo: “Me aparto del cargo como una muestra de voluntad, para que se esclarezcan los hechos (...). Me pongo a disposición de los órganos de Justicia para que se me investigue”.
Con la decisión del Congreso, Baldetti pierde toda inmunidad y podría ser investigada por los tribunales. Hasta ayer, las autoridades no habían formulado cargos.
Baldetti y Pérez Molina llegaron al Gobierno postulados por el Partido Patriota (derecha), que ambos fundaron en el 2001.
El desplome. Varios fueron los motivos que mermaron la imagen pública de Baldetti: el acelerado crecimiento de sus bienes y su negativa a hacer públicos sus estados patrimoniales, el lujo en ropa, vehículos y viajes que sus hijos mostraban en las redes sociales, así como el muy criticado uso de un líquido para limpiar el lago de Amatitlán que costaría millones de quetzales sin que se realizaran los estudios ambientales respectivos.
Pero fue el caso de la defraudación millonaria el que acabó con su imagen. El día del anuncio del desmantelamiento de la red, Baldetti se encontraba en Corea del Sur junto a Monzón Rojas, y ella misma dijo que le informó sobre la investigación y lo destituyó.
Posteriormente, Monzón se dio a la fuga y su paradero continúa siendo un misterio.
Tras desatarse el escándalo, miles de guatemaltecos salieron espontáneamente a las calles a protestar , sin que los impulsara ningún líder. Poco a poco diversos sectores fueron uniéndoseles, entre ellos universidades, empresarios y la Iglesia católica.
La semana pasada, dos partidos políticos de oposición solicitaron a la Corte Suprema de Justicia que se le retirara la inmunidad a Baldetti, petición que los magistrados aceptaron y tramitaron, enviándola al Congreso. Este formó una comisión investigadora.
La vicepresidenta trató de revertir la decisión de la Corte Suprema, pero la Corte de Constitucionalidad le negó un amparo provisional. Al ver cerradas sus opciones, Baldetti renunció.
El clamor popular no ha mermado. Miles de guatemaltecos realizaban el sábado una protesta frente al Palacio Nacional, esta vez para exigir la renuncia de Pérez Molina.
Guatemala enfrenta una convulsionada vida política cuando solo faltan cuatro meses para las próximas elecciones , las cuales se llevarán a cabo en setiembre.
El Congreso también le solicitó de inmediato al mandatario que envíe una terna con el nombre de tres personas propuestas para sustituir a Baldetti.