La Paz. Los centros electorales cerraron este domingo en Bolivia y comenzó el conteo de votos, en una pacífica jornada para elegir un nuevo presidente casi un año después de la renuncia del socialista Evo Morales, en medio de una convulsión social.
Tras nueve horas de votación, los centros empezaron a cerrar a las 5 p. m. (hora local), aunque aquellos con votantes en fila permanecían abiertos.
Se prevé que la difusión de resultados sea lenta, luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendiera su sistema de conteo rápido, con el fin de garantizar la fidelidad de los datos.
El izquierdista Luis Arce y el centrista Carlos Mesa, favoritos en la carrera presidencial, expresaron sus dudas sobre la decisión de la TSE, en medio de temores de que se desate una convulsión social como la ocurrida tras los comicios de octubre del 2019, anulados por denuncias de fraude, y que terminaron con la renuncia de Morales, quien por primera vez en dos décadas, quedó excluido de la contienda electoral.
Tras votar en La Paz, Arce –exministro de Economía de Morales– manifestó que no le “parece no muy atinada” la suspensión del conteo rápido horas antes de la elección.
“No es lo ideal, pero entendemos que (el Tribunal) ha escogido el camino de garantizar la seguridad absoluta del voto”, señaló por su parte el expresidente Mesa (2003-2005), del partido Comunidad Ciudadana.
Pese a los temores, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaria, aseguró que hubo una “jornada tranquila en todo el país”.
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Seguridad y bioseguridad
En efecto, los 7,3 millones de electores acudieron a las urnas en forma tranquila pese a las tensiones de la campaña, con las ciudades bajo resguardo militar y policial.
La gente también fue respetuosa de las medidas de bioseguridad por la pandemia, que volvieron más lenta la votación y le quitaron el tinte festivo de otros tiempos, con puestos de venta de comida típica, helados, globos, juegos para niños y música afuera de los centros electorales.
"Gane quién gane, hay que seguir trabajando, no podemos seguir perjudicándonos como la pasada elección", dijo a la AFP el estudiante Cristian Guaichu, de 26 años.
En este país con 41% de población indígena, la gente hizo filas, sentada y con distancia física desde la madrugada, en lugares como Huarina, un poblado a orillas del lago Titicaca, a 70 kilómetros de La Paz.
“El próximo presidente yo quisiera que sea un candidato que ayude al campo, a la gente pobre”, dijo allí a AFP Silverio Chirinos, agricultor de 69 años.
¿Fin de ciclo?
"Es el fin de un ciclo del gobierno de Evo Morales y de la crisis política. Se espera que se inicie un proceso para fortalecer las instituciones", dijo a AFP el politólogo Carlos Cordero, de la Universidad Católica Boliviana.
Paralelamente, el país andino atraviesa su crisis económica más profunda en casi 40 años, con una contracción prevista del PIB de 6,2% en 2020.
Los comicios deben poner fin al gobierno transitorio de la derechista Jeanine Áñez, quien retiró su candidatura tras críticas a su gestión de la pandemia, con 8.500 muertos y 140.000 contagios.
Respetar resultados
El tono de la campaña, con amenazas del Movimiento al Socialismo (MAS, de Morales) a movilizarse ante un posible "fraude" y la difusión de noticias falsas, generó temores de nuevos disturbios.
Los temores se deben a que en los comicios del 2019, el conteo rápido de votos fue suspendido por más de 20 horas y al reanudarse Morales apareció con un salto que lo hacía ganador en primera vuelta. La misión electoral de la OEA afirmó que hubo manipulación.
Por tres semanas la oposición y simpatizantes del gobierno coparon las calles con violentos enfrentamientos, que dejaron 30 muertos. Morales perdió el apoyo de las fuerzas armadas y renunció.
Para garantizar la transparencia de estos comicios, se depuró el TSE y llegaron misiones de observadores internacionales que instaron a la calma. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a "respetar los resultados".
Y Morales, inhabilitado tanto para votar como para postularse al Senado, pidió desde Argentina, donde está exiliado, que "el resultado de las elecciones sea respetado por todos".
"Es muy importante que todas y todos los bolivianos y los partidos políticos esperemos con tranquilidad a que cada uno de los votos (...) sea tomado en cuenta", dijo Morales, quien ha prometido que retornará a Bolivia "al día siguiente" si Arce gana.
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El exmandatario indígena tiene abiertas varias causas judiciales en Bolivia, desde fraude electoral hasta pederastia.
Este domingo también se renuevan las 166 curules del Congreso bicameral y los analistas prevén que el MAS perderá su mayoría en favor del partido de Mesa y de Creemos, del derechista Luis Fernando Camacho, líder de las protestas de 2019.