Lima. Perú se sumió el martes en una inesperada crisis política en medio de la grave emergencia sanitaria por la pandemia, luego de que el Congreso le negara un voto de confianza al nuevo presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, lo que obliga a renunciar a todo el gabinete.
"No ha sido aprobada la moción de confianza solicitada, el resultado es 37 votos a favor, 54 en contra y 34 abstenciones", anunció el presidente del Congreso, Manuel Merino, después de una sesión parlamentaria de más de 20 horas, que se inició el lunes.
Merino indicó que "la decisión será comunicada al presidente de la República", Martín Vizcarra, quien deberá conformar un nuevo gabinete ministerial, el quinto en sus dos años y cuatro meses en el poder, sin Cateriano.
Cateriano necesitaba 66 votos, de un total de 130, para lograr la ratificación de su gabinete por el Congreso, que es controlado por una variopinta alianza de cuatro partidos populistas de centroderecha y de izquierda.
El rechazo obliga a dimitir a Cateriano y a los otros 18 ministros que Vizcarra nombró el 15 de julio.
La votación constituye una dura derrota política para Vizcarra, quien gobierna en solitario desde marzo del 2018 pues carece de partido y de bancada propia en el Parlamento, aunque tiene altos índices de aprobación en la ciudadanía, según los sondeos. El mandatario asumió el poder tras la renuncia de Pedro Pablo Kuckzynski (2016-2018), de quien era primer vicepresidente.
La crisis obliga a Vizcarra a designar un nuevo presidente del Consejo de Ministros en las próximas 72 horas y reformar su gabinete, sin la presencia de Cateriano.
“La situación es bastante complicada porque implica un cambio en el equipo que maneja la pandemia, en momentos que esta afecta a la salud y la economía con cuatro millones de desempleados”, manifestó el analista Augusto Álvarez Rodrich.
Críticas al Congreso
El Parlamento “no alcanza a ver la magnitud de la crisis, porque hay grupos que hacen negocios privados en el Congreso”, afirmó.
El actual Congreso asumió sus funciones en marzo, tras celebrarse elecciones extraordinarias en enero para reemplazar al cuerpo legislativo que Vizcarra disolvió constitucionalmente el 30 setiembre del 2019 para poner fin a reiterados choques de poderes.
“Las bancadas no representan mayorías sino intereses particulares, esa combinación de posiciones ideológicas e intereses diferentes explica la colisión que ha llevado a este nuevo conflicto de poderes”, explicó a la AFP el analista Carlos Meléndez.
Advirtió de que “hay poca posibilidad de construir consensos, la única forma de asegurar gobernabilidad es que el gobierno ceda a algunos intereses particulares, como el retroceder a la reforma de las universidades”.
La crisis estalla cuando Perú enfrenta un rebrote de la pandemia de coronavirus, con un incremento de contagios y muertes, un mes después de que comenzó un desconfinamiento gradual para reactivar la golpeada economía, de las más dinámicas de América Latina antes de la emergencia sanitaria.
“Ha sido una cosa insólita, un gabinete que empieza no recibe un voto de confianza, en medio de la peor crisis del Perú por la pandemia”, comentó el analista Fernando Rospigliosi al canal N de televisión.
El país andino, con 33 millones de habitantes, supera los 433.000 contagios y se acerca a los 20.000 fallecidos por la pandemia del nuevo coronavirus. Perú es tercero en América Latina en casos y decesos, detrás de Brasil y México.
Vizcarra inició hace una semana el último año de su mandato, que finaliza el 28 de julio de 2021.
Perú tiene previsto celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias conjuntas el 11 de abril.